El PSOE augura «serias dificultades» para el diálogo con ministros clave
C’s resta importancia a la falta de renovación y se erige en garante de un cambio de actitud.
El portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez. JAVIER LÓPEZ
p. de las heras | madrid
El portavoz del PSOE, Antonio Hernando, advirtió a Mariano Rajoy en su sesión de investidura que no le daría los habituales cien días de cortesía parlamentaria previos al ejercicio de la oposición. Y los socialistas han cumplido. El portavoz de la gestora, Mario Jiménez, criticó la composición del nuevo Ejecutivo popular y auguró «serias dificultades» para el diálogo en una legislatura en la que alcanzar consensos será fundamental. «Siguen -reprochó- algunos de los ministros que más daño han hecho».
El dirigente socialista hizo especial hincapié en la continuidad del ministro de Educación, al que acusó de no haber sido capaz de restaurar el diálogo con la comunidad educativa tras la salida del Gobierno del «impulsor de la Lomce», José Ignacio Wert; la del titular de Hacienda, artífice de medio centenar de subidas de impuestos y de la amnistía fiscal, o de la de Empleo, a la que culpó del «mayor ataque de la historia de España a los derechos laborales».
El análisis del PSOE no dista mucho del de Podemos. Con una diferencia: mientras los socialistas siempre han dejado claro que estarían dispuestos a entenderse con el PP en asuntos de Estado como la educación o las pensiones públicas, la formación de Pablo Iglesias hace de su enfrentamiento a los conservadores, en todos los frentes, una de sus principales líneas de actuación.
La formación, que concurrió a las generales en coalición con Izquierda Unida y otras fuerzas soberanistas, pretende de hecho echar las políticas populares sobre las espaldas de los socialistas, a los que aspiran a sustituir. De ahí que su responsable de Movimientos Sociales, Rafa Mayoral, apuntara también hacia el centenario partido.
Quien, en cambio, acogió con relativa complacencia el nuevo Gobierno fue Ciudadanos. No tanto porque las personas escogidas por Rajoy merezcan su confianza, sino porque, a su juicio, lo importante es que ya haya un gabinete con el que empezar a trabajar. El quién resulta menos importante, a decir de su portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta, porque ahora será el Parlamento y no el Ejecutivo el que de verdad disponga de capacidad legislativa. «Tengo la convicción de que la continuidad en los nombre no implicará continuidad en las formas porque las cosas que el PP dejó de hacer cuando tenía mayoría absoluta, las reformas que no acometió, las va a tener que acometer ahora a una velocidad de vértigo».
Girauta argumentó que esa será la función principal de su partido, tras haber condicionado el ‘sí’ a la investidura de Rajoy a la aprobación de medidas que van desde la supresión de los aforamientos, a la reforma de la ley del indulto para que los políticos corruptos cumplan sus penas pasando por un pacto nacional por la Educación.