El independentismo tomará la calle en defensa del proceso
Puigdemont llama a aprovechar la situación «imprevisible» tras la victoria de Trump.
c. reino | barcelona
Convertir la plaza Cataluña de Barcelona o el parque de la Ciudadela, donde está el Parlamento autonómico, en las versiones catalanas de las plazas de Maidán o Tahrir. Este el plan que baraja ahora el independentismo para radicalizar el proceso y responder a las previsibles condenas judiciales que pueden sufrir dirigentes como Artur Mas o Carme Forcadell. Lo apuntó ayer el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez. «Si en un futuro hace falta acampar con un saco de dormir delante del Parlamento para protestar, lo haremos», advirtió el máximo responsable de la entidad que lleva el timón de la movilización del soberanismo desde 2012.
En una situación de bloqueo, incapacidad para celebrar el referéndum y creciente judicialización, la desobediencia civil es la baza que guarda el secesionismo para llamar la atención de la comunidad internacional y que Bruselas acabe por mediar ante el Gobierno central para que negocie los términos de un referéndum a la escocesa. Habrá que buscar «fórmulas de desobediencia y protesta en el ejercicio de la resistencia pacífica, cívica y gandhiana», avisó Joan Tardà durante el debate de investidura de Mariano Rajoy.
Está por ver hasta dónde está dispuesto a llegar el movimiento independentista y hasta dónde llega su capacidad de movilización y resistencia.
A la espera de que el choque suba de tono en los próximos meses, como prevé Mas, el soberanismo civil vuelve a ponerse a prueba mañana con una manifestación que se pretende multitudinaria. Intentará exhibir músculo, en un momento en el que el Gobierno catalán y los grupos independentistas en la Cámara tienen que dar ya los pasos decisivos si quieren cumplir con el calendario y celebrar el referéndum en septiembre de 2017.
Ningún dirigente independentista relevante faltará a la cita. Carles Puigdemont no asistirá en Barcelona, pero sí en Amer (Gerona), el pueblo del que es originario y que también se suma a la jornada reivindicativa. Mientras, Forcadell, Oriol Junqueras, Mas, las exconsejeras Joana Ortega e Irene Rigau y el diputado en el Congreso Francesc Homs encabezarán la manifestación en Barcelona.
Al margen de la carta de la movilización, la otra baza con la que cree contar el independentismo para alcanzar sus objetivos es la inesperada victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos. Para Mas, el triunfo del republicano es un acicate para el proceso -«lo imposible acaba resultando posible», dijo- mientras Puigdemont llamó a aprovechar la nueva situación que se puede producir en la esfera internacional como consecuencia de la elección de Trump para culminar el proceso de creación del Estado catalán. «Tenemos el deber de posicionarnos como país en un momento de orden mundial cambiante e imprevisible», dijo el presidente catalán.