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CESÁREO GONZÁLEZ DÍEZ PRESIDENTE HONORÍFICO DE CEPA

«La educación es el pilar de un país, es un bien social a proteger»

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León

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c. f. a. | león

En el umbral de los 40 años abandonó León con destino a México, donde comenzó una nueva vida de trabajo en La Modelo. En el país azteca ha vivido durante el último medio siglo y ahora, en el otoño de su vida, emprende una labor de altruismo por la que, asegura, se siente bendecido.

—¿Cuándo y por qué decide poner en marcha la fundación?

La Fundación nació en 2012. Yo me había quedado viudo, y mi situación personal coincidió con una llamada que recibí del rector de la Universidad en la que me pedía ayuda para estudiantes a los que la crisis podía dejar fuera de los estudios. Fue así que surgió la idea de crear una fundación que diera respuesta a las necesidades tan importantes que sufría la sociedad a causa de la crisis.

—O sea, que la fundación Cepa surge como un motor de promoción educativa.

—Sí. En un primer momento, decidimos que el capital fundacional se dedicaría al pago de becas para estudiantes que acreditaran que lo merecían y que no tenían, de otra manera, posibilidades de continuar con su formación. De hecho, en un principio, los estatutos de la fundación se realizaron según esa premisa. Inmediatamente después surgió, a decisión de ampliar la ayuda a Cruz Roja, a Cáritas, al instituto de Boñar, y a los necesitados de Vegaquemada, Vegamián, Boñar, Valdepiélago, Lillo y La Vecilla.

—¿Se educa en la filantropía?

—Mire. Yo vengo de una familia en la que siempre se inculcaba la ayuda a los necesitados. Mis padres nos enseñaron con el ejemplo, pero siempre he creído en la necesidad de que la ayuda tenga una respuesta social. Las personas a las que se ayudan deben contribuir después, han de ser productivas para la sociedad. Por esa razón ayudamos en un primer momento a 80 estudiantes que, de no ser por las becas, tendrían que haber dejado la universidad. La educación es un pilar del desarrollo del país. Sé que si no hubiéramos ayudado a todos esos estudiantes, al año siguiente no podrían haber continuado. La formación es el porvenir de los países. Hay que lograr que los niños comprendan que su educación es la base del desarrollo de todos. Es un bien social a proteger.

—¿Resulta sencillo ayudar a los demás?

—Pues yo siempre pensé que era más fácil. Le voy a decir una cosa que espero que se entienda bien. El dinero es algo maldito si no se usa bien. Y le explico por qué lo digo. Hay gente que tiene mucho dinero y está en la responsabilidad de ayudar a los demás y no lo hace. Y hay otros que no lo tienen y que intentan aprovecharse del dinero de otros. Hay que saber administrar la riqueza.

—Lo dice como si fuera fácil.

—Verá usted. La formación que imparten las universidades es fundamental, pero es la vida la que te enseña lo verdaderamente esencial. Saber valorar lo que tenemos y comprender que lo mejor es lo que se consigue con esfuerzo, tener buenos modales y respetar a los demás. Ese es el secreto de la vida.

—Su tío, Pablo Díez, revolucionó el mundo de la industria y el de las relaciones laborales. En cierto modo fue un precursor. Comprendía que los trabajadores y sus familias debían tener una vida digna y puede que eso fuera parte del éxito de la empresa. ¿Qué aprendió de él?

—Así fue. Don Pablo Díez revolucionó la industria y el mercado de trabajo. Su historia de éxitos es larga y se basa en una manera especial de tratar a los demás. Siempre me aconsejó ser serio, formal y corregir las equivocaciones.

—¿Se ha perdido el respeto en la empresa?

—Yo no diría tanto, pero echo de menos los valores de antes. Cuando yo era niño, aquí en León, me gustaba ir a las ferias de ganado. Aún me admira recordar el respeto que se tenía por la palabra dada. Daba igual el dinero. Lo importante era la palabra.

—¿Cómo ve el futuro de la provincia?

—Yo quiero mucho a León, pero tengo la impresión de que no ha progresado. El pueblo leonés ha tenido oportunidades y creo que no ha sabido aprovecharlas o gestionarlas bien. Además, los leoneses no han sabido vender lo que producen ni valorar lo que tienen. Hay que cuidar la industria con lealtad. Verá. En la vida las cosas no salen bien porque si. En la vida, el que progresa es el que trabaja de manera constante. Hay que estar al pie del cañón para cargar la munición cuando hace falta.

—¿Y qué características debe tener una empresa para tener éxito?

—Pues lo fundamental es que se útil a la sociedad. No tiene sentido de otra manera. Una empresa debe ganar dinero y debe implicar a los trabajadores en su futuro. De lo contrario, no prosperará. El trabajador debe reconocer la empresa como algo suyo. Nadie es independiente. Todos dependemos de los demás.

—¿Qué le aporta ayudar a los demás?

—Verá. A mí me gusta estar tranquilo. Cuando voy a algún sitio lo que más me gusta es tratar con la gente y, sobre todo, estar con la gente contenta. No me gustan los que se quejan sin parar. Ahora nos dan todo a cambio de nada, sin esfuerzo. Así no se puede dar valor a las cosas. Si no sabes lo que cuestan, no las aprecias. Cuando yo tenía 14 años y trabajaba con mi padre, una de las vacas parió dos terneros. Mi padre me prometió que si conseguía que vivieran los dos, me compraría una bicicleta. Lo conseguí. No se me olvidará nunca. El taller estaba en Ordoño. Ahora hay una zapatería, en la esquina con Alcázar de Toledo. No sabe qué felicidad me dio aquella bicicleta.

—¿Cómo le gustaría que se le recordara?

—Pues como soy. Cada día, cuando me levanto, doy gracias a Dios. Le doy las gracias por la salud, pero también por la enfermedad, por lo que me ha ayudado y por lo que yo puedo ayudar a los demás.

—Y ¿De qué se siente más afortunado?

—Estoy muy orgulloso de todo lo que he hecho en Vegaquemada: la residencia, el spa, la fábrica de pellets, las cabañas... Cada cual debe responder por lo que ha hecho y yo hago lo que puedo en beneficio de la sociedad. Los recursos son limitados y las necesidades aumentan. Procuramos ayudar, pero hay que justificarlo todo.

—¿Alguna queja?

—Sí. Me gustaría que en España se pusieran menos trabas administrativas para crear una empresa. Estaría muy bien que hubiera una ventanilla única para reducir los papeleos y los plazos para ponernos a trabajar.