Una imprudencia pudo ser la causa del accidente de avioneta
j.v. múñoz | madrid
El piloto que dirigía la avioneta que en la tarde del pasado domingo se estrelló en una finca de la provincia de Toledo con el resultado de cuatro fallecidos no debió coger los mandos del aparato. En ello coinciden expertos en navegación aérea dadas las condiciones meteorológicas que presentaba la jornada: aunque la lluvia no era abundante y el viento no soplaba con fuerza, sí había una abundante nubosidad. Es lo que afirma Miguel Cuchet, jefe de vuelos del aeródromo de Camarenilla (Toledo), quien aporta un dato revelador: «Si en cualquier domingo hay 40 ó 50 vuelos programados en esta zona, que está a 20 minutos de nuestro campo de vuelo, el domingo sólo había uno, lo que demuestra que no era un día apto para volar».