La CUP rompe fotos del rey y exige la dimisión del consejero de Interior
La detención de cuatro militantes de la izquierda radical tensa la relación del Gobierno y sus socios.
c. reino | barcelona
La detención por parte de los Mossos d’Esquadra de tres dirigentes locales de la izquierda radical independentista elevó ayer la tensión entre los anticapitalistas y el Gobierno catalán, que depende del apoyo de la CUP para la gobernabilidad. Por primer vez en un año, el que casi lleva Carles Puigdemont al frente de la Generalitat, sus socios antisistema reclamaron la dimisión de un miembro de su equipo -en este caso, el consejero de Interior, Jordi Jané-, como máximo responsable de la policía autonómica.
Los ‘cuperos’ aumentaron además el desafío a los tribunales, ya que en una rueda de prensa convocada para criticar el arresto de sus cargos, seis de sus diputados en la Cámara autonómica rompieron fotos de Felipe VI para escenificar que ni tienen miedo a la justicia española ni aceptan al rey.
Se trata del segundo choque en solo un mes entre la Generalitat y la CUP a cuenta de una actuación de los Mossos. Los anticapitalistas creen que el proceso secesionista necesita un consejero de Interior que esté «dispuesto a asumir el conflicto democrático con el Estado», es decir, que ordene a sus mandos que desobedezcan una resolución judicial para que Cataluña no funcione «como la autonomía de hace 10 años».
«La Generalitat tiene un problema de autonomismo y se llama Jordi Jané», advirtieron los anticapitalistas, una semana antes de que el Parlamento catalán someta a votación si admite o no la tramitación de los presupuestos de 2017. La CUP, en principio, respaldará a la Generalitat, pero otra cosa será la votación definitiva en febrero, que podría precipitar las elecciones.
«Estas detenciones son un tema de alto calado político y son un elemento en las negociaciones de todo tipo», avisa la CUP. Es posible que en el próximo pleno la formación radical altere el orden del día, incluya lo que califica de «abordaje del conflicto» y por tanto ponga en peligro el consenso en la cumbre sobre el referéndum que los soberanistas celebrarán el 23 de diciembre. «Rompiendo fotos del rey no ampliaremos la base social del independentismo» replicaron desde el Pdecat (la antigua Convergencia).
Las aguas bajan muy revueltas. Este viernes el independentismo volverá a tomar la calle para protestar contra la imputación de Carme Forcadell, que declarará ante el TSJC. Hace un mes, la policía catalana detuvo a la alcaldesa de Berga (Barcelona), de la CUP, Montse Venturós, por orden del juez, después de que la dirigente anticapitalista se negara en dos ocasiones a comparecer en la Audiencia Nacional.
En esta ocasión, también por orden de la Audiencia Nacional, la policía autonómica arrestó a cuatro de los cinco activistas secesionistas que el miércoles fueron citados a declarar ante el juez Fernando Andreu y no lo hicieron. Están investigados por quemar fotos del rey y ejemplares de la Constitución el 11 de septiembre.