Puigdemont tacha de «populismo» la resolucion del Constitucional
Al menos de puertas afuera, la decisión del Constitucional de suspender el proyecto pactado por Junts pel Sí y la CUP para celebrar un referéndum en 2017 no altera los planes del presidente de la Generalitat. Carles Puigdemont esperó 24 horas para dar respuesta al Tribunal Constitucional y fue contundente: ni un paso atrás, ni un milímetro de desvío en la intención de convocar a los catalanes a que voten sobre la independencia de Cataluña como muy tarde en septiembre de 2017. «La hoja de ruta que el pueblo y el Parlamento nos han encargado se mantiene», desafió.
Puigdemont, que ayer se reunió en el Palau de la Generalitat con la presidenta balear, Francina Armengol, no puede permitirse el lujo de aparecer dubitativo respecto al proyecto secesionista porque el miércoles que viene se juega mucho en la votación de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos y las relaciones entre el Ejecutivo autonómico y la CUP no pasan por un momento dulce. Por ello, desoyó la advertencia del Constitucional que le insta a paralizar los preparativos del referéndum y anunció que no piensa desconvocar la cumbre que el 23 de diciembre celebrarán los partidos y entidades sociales que apoyan la convocatoria de una consulta soberanista.
El presidente catalán consideró que la decisión de la corte de garantías forma parte del «populismo constitucional» que a su juicio se ha instalado en el resto de España y que consiste en decir que los catalanes no tienen derecho a votar, y que si lo hacen, como en el referéndum del Estatuto o en el 27-S de 2015, «no vale» para nada. «Los catalanes tenemos derecho a votar, a debatir y a reunirnos y, por tanto, votaremos, debatiremos y nos reuniremos», avisó. Desde el independentismo dieron el miércoles por liquidada la operación diálogo, pero el presidente de la Generalitat aún mantiene la puerta abierta, por lo que instó al Gobierno central a «acreditar» la voluntad anunciada de sentarse a hablar.
El Gobierno catalán, en cualquier caso, tiene coartada para seguir adelante. Tanto la consejera de la Presidencia como el de Interior recordaron que el Constitucional no ha anulado la resolución del debate de política general que Junts pel Sí pactó con Catalunya sí que es Pot, que prevé un referéndum pactado. Es el plan B al que se agarrará el secesionismo para ir sorteando la suspensión del Constitucional. «La cumbre se hará, por descontado», afirmaron desde el Gobierno catalán, que señalaron que, si es necesario, se hará en cumplimiento de la resolución acordada con Catalunya sí que es Pot.