Rajoy genera dudas en su partido con su lapsus electoral

m. e. alonso | madrid

Sonó como una amenaza velada a la oposición, pero no lo fue. Al menos, así lo aseguraron miembros del Gobierno y del PP, que restaron importancia a las palabras de Mariano Rajoy este miércoles por la noche, cuando insinuó que habría comicios en breve. «Hasta dentro de muy poquito y ya preparando las próximas elecciones», se despidió el jefe del Ejecutivo de los militantes que acudieron en Torrejón de Ardoz a la tradicional cena de Navidad de los populares madrileños.

El subconsciente le jugó una mala pasada al presidente y sus palabras provocaron que a más de un militante se le atragantara el postre. Su gabinete de prensa se apresuró a restarle importancia al desliz de Rajoy y asegurar que se trataba de un simple error a la hora de expresarse, de una mala jugada del directo. Pero el soniquete del lapsus seguía flotando ayer por los pasillos del Congreso. «El jefe es más de desayunar que de cenar», bromeó Soraya Sáenz de Santamaría, tras alegar que a la hora en la que Rajoy dijo tal cosa, casi a la medianoche, «la cabeza no está tan viva como a las nueve de la mañana».

Cosas del cansancio, mala jugada del subconsciente o lo que fuera, la vicepresidenta negó que fuese un órdago para presionar a los socialistas ante la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. En los prolegómenos de la investidura, sin embargo, más de un dirigente popular deslizó la idea de las elecciones generales en 2017 si el Gobierno no lograba el apoyo presupuestario. «En eso no estamos», zanjó Sáenz de Santamaría.

Pero el portavoz de los populares en el Congreso dejó esa puerta abierta: «Uno tiene que estar preparado siempre para unos posibles comicios», sentenció Rafael Hernando, que azuzó a «algunos» a «colaborar» para aprobar las cuentas del próximo año. «Que haya elecciones o no dependerá de otros», apuntó el dirigente popular y animó al resto de partidos a aprovechar las fiestas navideñas para «reflexionar». En el PP saben que unas nuevas cuentas actualizadas darían estabilidad a Rajoy y facilitarían el cumplimiento de los compromisos con Bruselas. Por eso el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, pidió ayer a los grupos del PSOE, Ciudadanos y PNV que su apoyo parlamentario no se quede solo en el reparto de los objetivos de déficit y al techo de gasto y que se traslade a los Presupuestos para el 2017.

Como Sáenz de Santamaría, el vicesecretario de Comunicación del PP quitó hierro a las declaraciones de Rajoy. Pablo Casado insistió en que el presidente se dirigía a sus afiliados en un tono «festivo» con el que les instó a seguir trabajando para que el partido siga siempre «engrasado y en tensión» para cuando lleguen, sean cuando sean, los comicios. «En ningún caso quería decir que va a haber elecciones anticipadas», reflexionó.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tampoco cree que haya que volver a las urnas tan pronto y dio por buena la versión del lapsus del presidente. «Confío en que se refería a las elecciones municipales de 2019», señaló. Un desliz que, sin embargo, crea «incertidumbre para el país», como subrayó el diputado socialista Antonio Pradas, que recalcó que ese tipo de comentarios «no son buenos para la economía».

En Podemos también consideran que se trató de un patinazo. El portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, no dio crédito a las palabras del jefe del Ejecutivo y se mostró convencido de que la legislatura «será más larga de lo que algunos creen». No pensó lo mismo el portavoz de la antigua Convergència, Francesc Homs, para quien Rajoy está tan incómodo en una minoría parlamentaria que tiene en mente una nueva convocatoria electoral.