La relación de Podemos con IU reabre heridas
agencias | madrid
La relación con Izquierda Unida siempre ha sido un tema espinoso en Podemos y ahora lo vuelve a ser. Pablo Iglesias abogó ayer por buscar «la unidad» con la formación que lidera Alberto Garzón, pero Íñigo Errejón consideró que las cosas están bien como están. Una cuenta más en el rosario de discrepancias que mantienen los números uno y dos del partido morado.
Garzón abonó la tesis de Iglesias y arguyó que es «una buena noticia» que «la gente no sepa» si él es «de IU o de Podemos, y eso también le pasa a Pablo». Tal es, a su juicio, la simbiosis entre las dos fuerzas que pactaron por primera vez para las elecciones generales del pasado 26 de junio tras el desdén de Iglesias a «los comunistas» de IU en las del 20 de diciembre.
Pero el secretario político de Podemos no comparte el planteamiento. Considera que la unificación con IU juega en contra de la idea de un proyecto político transversal porque radicalizaría sus propuestas y Podemos sería vista como una fuerza tradicional de izquierda radical, como lo ha sido Izquierda Unida desde la transición. Errejón, por tanto, reivindicó en un acto para presentar una batería de propuestas de igualdad que su partido se mantenga como organización «autónoma e independiente» siempre en colaboración con las confluencias, pero siendo «la locomotora» de ese «espacio del cambio» porque hay tareas que son «específicamente moradas» que no requieren el concurso de nadie más.
El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, apostaba por un «espacio de cambio» con Podemos y las confluencias, que vaya «más allá» de una simple alianza electoral. Garzón cree incluso que es una «ventaja» que la gente les identifique como parte de un mismo proyecto, que no distingan a qué partido pertenecen, porque, aunque son «diferentes», les une el objetivo de «transformar la sociedad» frente al régimen.