La Cup da un sí ‘condicionado’ a las cuentas
Puigdemont reduce a mera «polémica de papel» el caso del exsenador Santi Vidal.
c. reino | barcelona
La CUP es una formación que tiene dos almas: la independentista y la anticapitalista. Su vertiente más nacionalista se impuso ayer a la de perfil revolucionario y, por 39 votos a favor y 22 en contra, el consejo político del partido que tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña decidió que facilitará la aprobación de los presupuestos «autonómicos» de la Generalitat. Será en el debate final de las cuentas previsto para el pleno del Parlamento catalán del 8 y 9 de febrero. Las bases de la CUP reunidas en Vilafranca del Penedès (Barcelona) tenían un dilema: o por coherencia ideológica tumbaban los presupuestos de la Generalitat y confiaban en que una nueva cita electoral propiciara la salida de la exConvergència del poder o se tapaban la nariz y por el bien del proceso y del referéndum avalaban, como han hecho, unas cuentas que ni son sociales para ellos ni son distintas que cualquier otras de signo autonómico.
«Hay que hacer avanzar el proceso, queremos dejar el camino libre para la celebración en septiembre de un referéndum», resumió Quim Arrufat, portavoz de la ejecutiva de la formación secesionista. Los anticapitalistas se decantaron por mantener viva la llama de la ruptura con el resto de España y de paso alejaron al menos unos meses el fantasma de un adelanto electoral en Cataluña, que comprometía el proyecto secesionista, solo un año después de que Carles Puigdemont asumiera el poder, tras unas negociaciones muy tensas entre Junts pel Sí y la CUP, que culminaron con la decapitación política de Artur Mas y un inicio de legislatura encaminado a culminar la desconexión, pero lleno de recelos entre unos y otros actores del independentismo. El aval de los antisistema a los presupuestos es, en cualquier caso, «condicionado» y tiene «fecha de caducidad», según quiso remarcar Quim Arrufat. La CUP aprobará las cuentas diseñadas por Oriol Junqueras, pero no da un cheque en blanco. Su intención es seguir teniendo la llave de la estabilidad y para ello la formación de la izquierda radical secesionista advirtió a Puigdemont y Junqueras de que pueden contar con el apoyo anticapitalista hasta el mes de septiembre.
El panorama
Que el caso Santi Vidal ha hecho daño en las filas independentistas y ha tensado las relaciones en Junts pel Sí lo corrobora el hecho de que los dos principales líderes del secesionismo, Puigdemont y Junqueras, han pasado de puntillas sobre el asunto y han tratado de correr un tupido velo. El presidente de la Generalitat se refirió al escándalo protagonizado por el exjuez y exsenador de Esquerra, pero trató de quitarle hierro y rebajó el caso a una mera «polémica de papel».