Diario de León

LEONESAS DE AYER Y HOY. PIEDAD DE DIOS HIDALGO

La maestra que combatió la pobreza infantil y la trata

FAMILIA HIDALGO

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ana gaitero | león

¡Cuánto le debe la sociedad a las maestras! El magisterio abrió las puertas a los estudios a las mujeres en España, que tuvieron vetado el acceso a la universidad hasta 1910 y a través del magisterio surgieron, además de miles de maestras, unas cuantas periodistas, enfermeras, pedagogas, políticas.... Mujeres inquietas.

Y con ganas de mejorar su entorno. Como Piedad de Dios Hidalgo (Canales. La Magdalena. León 1884- Muelas del Pan. Zamora. 1960), una jovencita que con 18 años se hizo cargo de su primera escuela en Riello dos años antes de terminaba los estudios en la Normal de León y se examinaba en Valladolid para ser maestra de maestras. Corría el año 1904.

Tuvo Piedad profundas inquietudes sociales, que pudo desarrollar gracias a su posición y a las alas que le dieron en casa, siendo hija de un matrimonio de comerciantes. Su padre, Tomás de Dios Suárez, y su madre, Sofía Hidalgo Robles, ambos de Riello, abrieron tienda en Canales. Tuvieron dos hijas y un hijo. Otros tres hermanos llegaron del segundo matrimonio de Sofía.

Empezó de pueblo en pueblo y llegó a ser profesora de la Escuela Normal de León, la de Zamora, la de Oviedo y la de Salamanca. En la ciudad de Viriato fundó la Cantina y Ropero Escolar en los años 20, al mismo tiempo que dirigía la Escuela de Magisterio de la provincia vecina. También fue vocal de la comisión contra la trata de blancas que hubo en la provincia, un organismo desde el que se combatía el tráfico de mujeres para la prostitución, un tema que sigue siendo una de las preocupaciones de la agenda feminista.

En Zamora se echó novio. El joven militar Mariano Gómez Herrero, oriundo de la localidad de Almeida, a quien la Piedad y sus tres descendientes, dos niños y una niña, siguieron en sus destinos posteriores en Oviedo y Salamanca. Pero la omañesa nunca se apartó del trabajo, todo lo contrario, seguía estudiando para alcanzar mejor posición profesional como lo hizo desde que obtuvo el título de maestra en 1904.

La pareja se casó el 13 de junio de 1915 en Riello, cuentan que en honor a su abuelo, Antonio Hidalgo Álvarez, el patriarca de esta familia en la que mujeres y hombres de sucesivas generaciones estudiaron carreras de ciencias.

Piedad fue la impulsora de una comisión de alumnas para contribuir económicamente a proporcionar una pensión digna a doña Angelita, la maestra que las preparó en su academia de la calle Cervantes para entrar en la Normal de León.

A las maestras de entonces, como a las de ahora, no les podía dar pereza hacer las maletas. Piedad pasó de Riello a las aulas La Utrera, Soto y Amío, Los Rabanales de Villablino y durante unos meses, Aguilar de Campoo. Desde las tierras palentinas retorna a Omaña por unos días: fue maestra en Castro de la Lomba durante tres semanas antes de ser nombrada profesora de la Escuela Normal de León de Maestras.

Luego le tocó volver a las escuelas de pueblo y a un destino más lejano, las aulas mixtas de Villavieja, en Priaranza del Bierzo. En seite años, pasó de ganar 250 pesetas en Riello a 500 que le pagaban en el Bierzo. En los centros de Magisterio el sueldo anual rondaba las 1.500 pesetas al año en León, en 1908, y 8.000 en 1925 en Oviedo.

Piedad de Dios siguió la tradición familiar y fue una mujer de ciencias. Dio clases a las futuras maestras de Matemáticas, Ciencias Naturales y Pedagogía, en León, y de Historia Natural, Agricultura, Higiene en Salamanca.

En Zamora ingresó en la sección de Ciencias y en Oviedo fue profesora numeraria de Matemáticas. Sus inquietudes docentes las plasmó en el libro Nociones y ejercicios de Aritmética y Geometría que publicó en 1933 en la capital asturiana.

En 1933 la familia recala en Salamanca. Piedad consigue el puesto en la Normal gracias a una permuta con un profesor de Ciencias Naturales oriundo de Asturias. En 1945 se segregan los estudios por sexos y se hace cargo del Magisterio Femenino de Salamanca hasta 1954 cuando, a los 70 años, alcanza la edad de jubilación. En los últimos años de ejercicio ocupó el número 1 del escalafón de profesores numerarios. En la capital charra puso el broche de oro a una larga y fructífera carrera profesional que empezó en la base, de pueblo en pueblo, y culminó en la cúspide del magisterio.

Dejó huella. El Diario Mercantil de Zamora publicó el 13 de marzo de 1925 cuando se traslada a Oviedo: «Deseamos a la dignísima profesora que alcance en Oviedo el nombre que conquistó a fuerza de desvelos en la Escuela Normal de Maestras de esta provincia». Cargaba el artículo contra «algunos currinches despreciables, intrusos de la enseñanza y vividores de oficio». Doña Piedad, como la llamaban, también fue despedida calurosamente en El Adelanto de Salamanca al irse a vivir a Madrid en 1960. En noviembre de ese mismo año falleció en Muelas del Pan (Zamora).

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