C’s no recibe ayuda en su idea de echar al presidente de Murcia

m. e. alonso | madrid

La situación sigue enredándose en Murcia. A cuatro días de que finalice el plazo dado al PP para apartar a Pedro Antonio Sánchez de la presidencia regional, Ciudadanos inició ayer un ejercicio de funambulismo político que se antoja muy arriesgado por carecer, aparentemente, de red que le salve del batacazo si falla.

El partido de Albert Rivera, a través de su portavoz regional, Miguel Sánchez, anunció su intención de registrar el próximo lunes una moción de censura contra el barón popular, que debe ser ratificada antes por la Ejecutiva nacional.

Sin embargo, los cuatro diputados naranjas no alcanzan el 15% del total que requiere el reglamento de la Asamblea murciana para provocar esa votación, por lo que necesitarían para tramitarla el apoyo de otros tres diputados de otras fuerzas. «La pelota está en su tejado», insistió Sánchez, quien hace una semana pidió sin éxito a Pedro Antonio Sánchez que se sometiese a una moción de confianza.

Pero tanto el PSOE como Podemos confirmaron que no lo harán en las condiciones que la formación naranja exige. Para los socialistas se trata de una «ocurrencia de última hora». Y es que el PSOE quiere llevar la iniciativa política en la estrategia para intentar echar al presidente murciano. «Asumiremos nuestra responsabilidad y presentaremos la moción de confianza cuando llegue el momento, no hay prisa», dijo su portavoz, Rafael González Tovar.

La formación morada, por su parte, añadió que lo que Ciudadanos plantea es una moción «artificial, sin vida» cuando los murcianos «nos piden que estemos a la altura».

La maniobra de Miguel Sánchez, en cualquier caso, no ha sido unilateral ni autónoma. Está orquestada desde Madrid, a donde el portavoz murciano viajó esta semana para reunirse con la cúpula naranja y ultimar conjuntamente los siguientes pasos a dar. Con este arriesgado movimiento, Ciudadanos trata de traspasar la presión al resto de partidos de la oposición. Pretende que esa moción sea «instrumental». Es decir, que sirva exclusivamente para relevar al presidente popular. Inmediatamente, su sustituto convocaría elecciones para elegir al nuevo Gobierno regional, que completaría una legislatura que finaliza en 2019. La única salida que ven posible tras haber descartado siempre la posibilidad de formar un gobierno a tres bandas, con el PSOE y con Podemos.

Hasta ayer el partido de Rivera no había apostado claramente por articular una operación en la Asamblea regional para intentar desalojar al barón popular. En teoría, la moción de censura iban a plantearla a partir del 27 de marzo, cuando finaliza el plazo dado a Sánchez para dimitir o al PP para relevarlo. Pero los liberales dan por descontado que ninguna de las dos situaciones se va a producir. Génova mantiene su apoyo sin fisuras a su barón, que fue reelegido el pasado sábado como presidente regional de la formación de Mariano Rajoy con el apoyo del 93’5% de los delegados. «No te quepa ninguna duda de que te vamos a apoyar y vamos a aguantar. Aguantar, aguantar y aguantar», dijo entonces Fernando Martínez-Maillo, coordinador del PP, presente en el cónclave murciano.

Desde las filas conservadoras esperan al próximo lunes para ver qué aportan los cuatro peritos que van a comparecer en el caso Auditorio ante el Tribunal Superior de Justicia. Fuentes del PP en Murcia confían en que, tras las aportaciones que den estos técnicos, se despejen las dudas de la inocencia de su presidente.

El propio Sánchez considera que, pese a estar siendo investigado por la Justicia, «no hay razones serias ni reales para quebrar» el pacto de investidura con la formación naranja.