El PSOE, el que más se endeudó con los bancos para las elecciones
Los socialistas al igual que los populares no gastaron nada de sus recursos para la campaña.
R. Gorriarán | Madrid
El PSOE fue el partido que más acudió a la ventanilla de los créditos bancarios para financiar su campaña en las últimas elecciones generales. Contrató préstamos hasta por 8,6 millones de euros, según recoge el informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas de esos comicios. El más que previsible descalabro electoral no hizo que los socialistas optaran por la prudencia ni los bancos por la resistencia y fueron los más endeudados en esos comicios, por delante de los populares, habituales líderes en esta clasificación.
La situación financiera del PSOE es delicada y así lo reconocen sus dirigentes tras los reveses electorales de 2011, 2015 y 2016. Esos malos resultados tuvieron su correspondencia en la caída de las subvenciones públicas, y eso es muy preocupante para una formación que, como casi todas, fía el grueso de su financiación a las arcas del estado. El 75% de los recursos económicos de los socialistas procede de los fondos públicos y el 25%, de las aportaciones privadas, según detalló el gerente del partido, Gregorio Martínez, en la comisión parlamentaria de transparencia y regeneración democrática. A pesar de este cuadro, el PSOE liderado por Pedro Sánchez engordó la mochila de créditos del partido con 8,6 millones para costear la campaña de las elecciones del 26 de junio, de los que 361.000 euros corresponden a su aliado de Nueva Canarias y 795.000 al hermano PSC. Una suma que irá a parar al ya abultado pasivo del partido. A 31 de diciembre de 2016, el PSOE tenía deudas a largo plazo con la banca por 23,5 millones y a corto por 16,2 millones. En total, casi 40 millones de euros, de acuerdo a los datos a lo que ha tenido acceso Colpisa.
Gesto de austeridad
El segundo mejor cliente de los bancos en las últimas elecciones fue el PP, que obtuvo créditos, según la contabilidad entregada al Tribunal de Cuentas, por 6,7 millones de euros. Los populares hicieron un apreciable gesto de austeridad respecto a las elecciones del 20 de diciembre de 2015, cuando contrataron préstamos por 10,7 millones de euros, cuatro millones más. La perspectiva de no tener buenos resultados en las urnas influyó, a diferencia de los socialistas, en esta prudencia crediticia.
Ciudadanos, a pesar de su menor tamaño, se codeó con los dos grandes y contrató créditos para el 26-J por 5,5 millones. Una suma elevada para las magnitudes del partido de Albert Rivera, pero con todo más reducida que la del 20-D, cuando pidió 7,6 millones a los bancos para costear su primera campaña de ámbito nacional. Los nacionalistas del PDeCAT y Esquerra también pasaron por ventanilla para contratar préstamos que bordearon el millón de euros.
El informe del Tribunal de Cuentas confirma que, pese a las dificultades que suelen surgir para cobrar después, los bancos siguen como la principal fuente de financiación electoral. Más de la mitad, el 50,8%, del dinero que presupuestaron los partidos para el 26-J procedía de créditos. Aunque se percibe una tendencia a la baja porque en la campaña para el 20-D el 58,7% de los presupuestos electorales provenía de préstamos.
Se quedan fuera de este modelo de financiación Podemos con sus confluencias y los nacionalistas vascos, tanto el PNV como Bildu, que no necesitaron acudir a la banca para financiar sus campañas. Tiraron de sus propios recursos aunque con sistemas distintos. El partido de Pablo Iglesias obtuvo la parte del león para el 26-J de la colecta o ‘crowdfunding’ entre simpatizantes y reunió 4,1 millones de euros.