CINCO MÁS UNA
«Las vallas no son de Ceuta ni de Melilla, son de Europa»
—Su paisaje favorito.
—No tengo uno. He nacido en el mar, me he formado en la montaña. Gozo de todos.
—¿Un refugio?
—Mi casa en Genicera es un rincón especial. Y muchas playas en el sur, en la zona de Ceuta. El lugar donde me crié en Marruecos, es una zona maravillosa y Cataluña tiene lugares espléndidos.
—¿Cómo ve Ceuta actualmente, con la valla contra la inmigración?
—La valla no es de Ceuta, ni de Melilla. La valla es de Europa y en Ceuta, una población con 85.000 habitantes hay un Ceti con más de 3.000 personas. La gente está entregada pero hay una saturación y es algo que maneja la política europea. Lo veo complicado, pero Ceuta siempre ha sido un lugar de complicaciones porque está en un sitio estratégico. La Ola quiere representar las oleadas y acontecimientos que a lo largo de la historia ha recibido Ceuta: fenicios, romanos, árabes, judíos, cristianos. Todo el mundo y todos los dioses han pasado por allí. Es una tierra que está impregnada de todo. Por eso yo me siento bien en todas partes.
—Ciudadano del mundo ¿Lo son las personas que esperan su oportunidad de entrar en Europa?
—No son ciudadanos del mundo. Son personas en busca de una mejora económica. Pero llegan a Europa y no se integran. Siguen con sus guetos: africanos, musulmanes, judíos... Cada colectivo quiere imponer sus formas de sentir, sus dioses, sus creencias. Lo terapéutico sería que desaparecieran.
—¿Las religiones?
—La religión es una estructura social y orgánica casi paramilitar. La forma de sentir a Dios puede ser más libre. Estar más cerca del concepto cristiano, judío o musulmana sin ser religión.
—Un partido o movimiento político que le interese.
—El 15-M. Fue muy gratificante la primera salida, aunque ahora tiene muchas sombras. Confío más en que cada vez hay más gente con sensibilidad. Hará falta 5 o 10 años.