Puigdemont defiende a Llach y avala las sanciones a los funcionarios
C. R. | Madrid
El presidente de la Generalitat no solo no desautorizó a Lluís Llach por amenazar con sancionar a los funcionarios que no acaten las leyes de la ruptura, sino que hizo ayer una de las defensas más cerradas que se recuerdan en el Parlamento autonómico hacia un diputado. Puestos en pie y aplaudiendo un buen rato, de esta manera avalaron todos los miembros del Gobierno catalán y el grupo parlamentario de Junts pel Sí las palabras pronunciadas por el cantante con la advertencia a los funcionarios de que habrá sanciones si incumplen las llamadas leyes de la desconexión, en concreto la ley de transitoriedad jurídica, que la Generalitat quiere utilizar como amparo legal para convocar el referéndum.
Puigdemont además acompañó al diputado nacionalista por los pasillos de la Cámara catalana, para escenificar su apoyo ante las cámaras, y comió con él, después de defenderlo y presentarlo como un adalid de la libertad y un luchador antifranquista. «Si algo puede acreditar su biografía —subrayó dirigiéndose a los diputados del PP— es que precisamente fue víctima de censura, de detención, de prohibición y de exilio para gente que cuando empezaron su carrera política gobernaba Franco y cuando la terminaron fueron diputados de su grupo, como Rodolfo Martín Villa».
Llach es un referente moral para el independentismo y su tarea consiste, además de hacer de enlace con la CUP, en levantar la moral de la tropa secesionista. Durante muchas de las charlas que da en actos de la ANC y Omnium tocó uno de los asuntos más controvertidos.