López rechaza pasar a formar parte de la candidatura de Sánchez

p. de las heras | madrid

Ni siquiera esperó a que la Comisión de Garantías del PSOE terminara de verificar los avales entregados el día anterior por cada candidatura. Crecido con su demostración de fuerza y aún con el sabor de su golpe de efecto en la boca, Pedro Sánchez se dirigió ayer a Patxi López para sugerirle, de forma sutil, que se aparte de la carrera. En un acto en la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules, el exsecretario general conminó al exlendakari a «compartir camino» de aquí al 21 de mayo, la fecha de las primarias, para evitar una victoria de Susana Díaz. Lejos de recoger el guante, el vasco y su equipo advirtieron de que seguirán adelante.

«Ha hecho lo mismo que Pablo Iglesias con la moción de censura», reprocharon nada más conocer la noticia en el entorno del también expresidente del Congreso. «En lugar de ponerse en contacto con nosotros ha hablado para los medios; su objetivo real no es la unidad sino quitar militantes a Patxi, del mismo modo que el de Podemos no es derribar a Mariano Rajoy sino debilitar al PSOE», insistieron molestos.

El caso es que Sánchez hizo todo lo posible por imprimir a lo que para los de López es una «OPA hostil» en toda regla el tono de un auténtico ofrecimiento sincero y amistoso. «Para mí sería un orgullo y un honor que mi querido compañero Patxi compartiera conmigo el camino para hacer del PSOE un partido de izquierdas, coherente y abierto a la militancia. Lo digo con todo el respeto y la humildad», remarcó. Incluso se comprometió a incorporar en su programa una decena de propuestas del diputado vizcaíno, independientemente de cuál fuera su respuesta.

Entre esas ideas el equipo del exlíder socialista menciona, en el ámbito orgánico, las primarias con un sistema de doble vuelta y sin avales o la elección del gerente del partido por votación directa de los delegados del congreso y, en el político, que el 5% de los beneficios distribuidos de las empresas se destinen a sistemas de participación económica de los trabajadores o la creación de un ingreso mínimo vital a escala europea.

El suyo, sin embargo, no es un movimiento ingenuo. Después de que el jueves la candidatura de López entregara apenas 12.000 firmas de apoyo, frente a los 57.369 de Sánchez y los 63.619 de Susana Díaz -finalmente quedaron en poco más de 10.800 y algo más de 53.000 y de 59.000 respectivamente- es evidente que muchos seguidores del vasco se pueden ver tentados a buscar el voto útil y saltar del barco. Algunos de sus apoyos territoriales, como la madrileña Sara Hernández o la balear Francina Armengol, arriesgan mucho apostando a caballo perdedor y más si se tiene en cuenta que después de junio ellas mismas, antiguas aliadas de Sánchez, tienen sus propios congresos.

López, que siempre ha tratado de jugar la baza de la paz interna, se resiste, en todo caso, a tirar la toalla. A las siete de la tarde -una vez comunicado por el Comité Organizador del congreso que había superado el mínimo de avales exigido para mantenerse en la carrera (el 5% de la militancia)- compareció para ratificarse en su promesa de que el 21 de mayo habrá una papeleta con su nombre en las urnas; algo que lleva repitiendo desde que anunció su intención de luchar por la Secretaría General del PSOE, el pasado enero.

Emergencia

«La verdad es que después de un día de rumores, de bulos, incluso de ofertas que me han hecho sentir como una especie de víctima de la post-verdad…», empezó su intervención. A lo largo de la mañana, se había dejado caer desde el entorno de Sánchez que quizá no alcanzaría los avales necesarios para competir. Incluso se tomó su decisión de anular su agenda de la jornada hasta conocer el recuento como una señal de indecisión. «Este proceso ha venido a demostrar que el grado de división y de fractura interna ha llegado a unos niveles de emergencia», dijo él, en cambio. Eso, es, conforme a su argumentario, lo que le convierte en el hombre que ahora necesita el partido.

A río revuelto, Susana Díaz no perdió, mientras, ocasión para afear a Sánchez su maniobra e intentar congraciarse con los afines al exlendakari. «Yo respeto todas las candidaturas, creo que cuando un compañero da el paso de presentarse es porque tiene un proyecto y no voy a estar en mesas camilla por arriba para andar buscando el día después cómo rebañar algunos votos», dijo con una enorme sonrisa.