Junts pel Sí se fractura por el caso del Palau
La resolución del Parlamento catalán insta al Ejecutivo a personarse como acusación particular.
cristian reino | barcelona
El proceso soberanista lo justificaba casi todo en el independentismo hasta hace bien poco; Esquerra asumía el desgaste de ir en coalición con un partido de centroderecha y miraba para otro lado cuando un juez abría una causa por corrupción contra sus socios. Pero ante la cercanía de unas elecciones que parecen inevitables y ante el riesgo de aparecer como cómplice con la corrupción, el partido de Oriol Junqueras, el gran favorito para esos comicios, ha dicho basta y ayer dejó solos a sus aliados del Pdecat en la defensa de Convergència por el caso Palau.
Esquerra rompió la unidad de Junts pel Sí, ignoró la decisión tomada el día anterior por «consenso» en el Gobierno catalán y se sumó al resto de los grupos de la Cámara catalana para respaldar dos resoluciones de la CUP y de Catalunya sí que es Pot, que fueron aprobadas por amplias mayorías absolutas y que instan al Ejecutivo catalán a personarse como acusación particular en el juicio y acusar a la formación nacionalista.
La treintena de diputados convergentes se abstuvieron y todos los demás votaron a favor de que la Generalitat acuse a Convergència. La Fiscalía sostiene que esta formación pudo llevarse 6,6 millones del expolio de la entidad cultural, por lo que en el juicio está acusada de ser responsable a título lucrativo. De ahí que tenga 15 sedes embargadas. En cambio, el Consorcio del Palau, que viene a ser el consejo de administración en el que están representados el Gobierno central, el catalán y el Ayuntamiento de Barcelona, decidió el viernes pasado que CDC no tenía que ser acusada. La decisción se adoptó en una votación que ha levantado sospechas.