Sánchez vuelve a tomar las riendas
Susana Díaz sólo aguanta en su feudo andaluz y se queda a diez puntos de un arrollador resurgir del exsecretario general El futuro secretario general del PSOE será ratificado en el congreso federal que se celebrará en junio.
R. Gorriarán | Madrid
Fue una victoria rotunda, con homogeneidad territorial y con sorpresas. Pedro Sánchez ganó en todas las federaciones menos en cuatro; Susana Díaz limitó la victoria a su feudo andaluz y fue la primera en América; Patxi López fue el vencedor en el País Vasco. La recta final de las primarias ha sido propicia para el reelegido secretario general, letal para la presidenta de la Junta de Andalucía e irrelevante para el exlendakari. Lo más relevante, por inesperado, es que Sánchez ha ganado en territorios que se presumían seguros para Díaz porque había vencido en avales.
La presidenta andaluza se enfadaba cuando escuchaba que de Despeñaperros para arriba tenía poco que hacer, pero los militantes socialistas han ratificado que la premisa era cierta. El futuro secretario general del PSOE, será ratificado en el congreso federal de junio, ganó en todas las federaciones al norte de Andalucía, y en algunas con palizas llamativas, como en Cataluña, donde la proporción fue ocho a uno.
El PSOE, en lo que a sus afiliados se refiere, no se ha partido por la mitad. La sorpresa se escondía en los territorios que en la recogida de avales se decantaron por Díaz se han dado la vuelta. Así ha ocurrido en Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia, federaciones que los ‘susanistas’ contaban entre los suyos. Unos resultados que confirman además la teoría de que una cosa es la recogida de avales, en la que los aparatos controlan a los afiliados, y otra el voto secreto de los militantes.
Las diferencias
Después de las verificaciones, la presidenta andaluza tuvo 59.390 avalistas, una cifra por encima de los votos que obtuvo ayer. Un dato que confirma que su candidatura se desinfló, que la campaña fue mala, que no ha convencido a los indecisos y que muchos de los que firmaron su apoyo han cambiado de opinión. Todo lo contrario que Sánchez, que ha sumado adeptos a su candidatura en la recta final. Casi 20.000 socialistas más que los que le avalaron han escogido su papeleta. Lo mismo puede decir López, que ha mantenido el tipo y ha sumado 4.000 votos más que avales.
El futuro secretario general de los socialistas además de ganar en 15 de las 19 federaciones, venció en 38 de las 52 provincias y confirma que su triunfo fue homogéneo. Solo escaparon de su victoria las ocho andaluzas, Badajoz, Cuenca, Zaragoza y Huesca, que cayeron de lado de Díaz, y Guipúzcoa y Vizcaya, que fueron fieles a López.
Es llamativo el vuelco en Extremadura y Castilla-La Mancha, cuyos secretarios generales, Guillermo Fernández-Vara y Emiliano García-Page, fueron firmes valedores de la presidenta andaluza. El reelegido secretario general cimentó su victoria allí donde perdió en Andalucía. En su equipo garantizaban en los días previos a la votación que si sumaban el 30% de los votos en el feudo de Díaz tendrían las primarias al alcance de la mano. Así ha sido. Obtuvo casi el 32% de los votos por el 63% de la presidenta, el doble, pero hay que tener en cuenta que en la recogida de avales Díaz más que triplicó a Sánchez.
Un segundo factor clave ha sido la participación, votó el 80% fue la militancia, y en las tres candidaturas auguraban que a mayor votación mejor para el dirigente madrileño. Así fue. Otro dato esclarecedor es que el hundimiento de la presidenta de la Junta en las comunidades históricas fue espectacular, en Cataluña sumó el 11% de los votos por el 82% del vencedor, y en Euskadi se quedó en el 7% por el 40% de Sánchez y el 52% de López. Decían los socialistas vascos y catalanes que Díaz no cuajaba en sus territorios y las urnas lo han confirmado con nitidez.