CINCO MÁS UNA
«Ser una luchadora no significa ser marimacho»
—¿Qué le entusiasma de esta provincia que ahora está tan en crisis?
—Es una pena que esté ‘caida’ porque es una provincia preciosa y tiene muchas cosas que ofrecer.
—¿Cuál es su refugio para un momento de relax?
—¿Existe eso para mí? (Risas). Irme a la playa, Gijón, y la casa en la que viví hasta que cumplí los 12 años. Aunque no me bañe, ver el mar, tomar un café... Ahí me cargo las pilas.
—¿La palabra miedo está admitida en sus emociones?
—Sí, sí claro. El miedo es bueno. Dentro de lo que cabe te ayuda a ser precavido, a protegerte, tener atención y a continuar. No es lo mismo tener miedo que pánico. Pánico, cero. Pero miedo y respeto lo tengo todos los días y en todo lo que hago, tanto en lo deportivo como en lo profesional
—¿Qué diría a quienes aún piensan que ciertos deportes, como la lucha, no son para mujeres?
—Que ser luchadora no te convierte en una marimacho, ni mucho menos. Antes también lo decían de las chicas que jugaban al fútbol.
—¿No le gusta la lucha leonesa?
—Yo no sabría qué hacer sin utilizar los brazos.
—Su comida favorita.
—Todo lo dulce y la pasta.
—Un recuerdo de la infancia.
—Las comidas en casa con toda la familia, en la terraza y mi madre cocinando para todos. Solía hacernos empanada gallega, ensaladilla y cordero.