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Puigdemont se conjura a dar «más miedo» a España

El Gobierno catalán busca el apoyo local para escenificar que no está solo en su ofensiva.

Puigdemont, en el acto de compromiso con el referéndum celebrado ayer. ANDREU DALMAU

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León

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Cristian reino | Barcelona

A tres meses del 1 de octubre, fecha prevista para la celebración del referéndum sobre la independencia, el Gobierno catalán buscó ayer el apoyo del mundo local para escenificar que no está solo y para reiterar que no tiene intención de dar marcha atrás, diga lo que diga y haga lo que haga el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Más de quinientos alcaldes (Cataluña tiene 947 municipios) se pusieron ayer al servicio de la Generalitat y, en un acto solemne, se comprometieron a ceder sus locales para el día de la consulta, en un momento en que el 1-O es una incógnita y en el que han saltado todas las alarmas en el mundo secesionista, pues Puigdemont no ha aclarado (se prevé que lo haga el martes) de dónde va a sacar las urnas, cómo piensa confeccionar el censo, quién va integrar la junta electoral y cómo esquivará al Constitucional.

Como ya hicieron un mes antes del 9-N de 2014 respaldando a Artur Mas, el medio millar de alcaldes expresaron su «pleno apoyo» al Gobierno catalán y reafirmaron su «predisposición y compromiso a colaborar en todas aquellas actuaciones que desde el Gobierno se requieran». «No nos echaremos atrás por ningún obstáculo político, jurídico o de cualquier índole que pueda articular el Estado en contra del referéndum», afirmaron en un manifiesto, presentado en el paraninfo de la Universidad de Barcelona, al que asistieron el Ejecutivo catalán en bloque y buena parte de los principales actores del secesionismo.

Demostración de fuerza

La nueva demostración de fuerza y de unidad, se produjo un día después de que el presidente del Gobierno advirtiera a los ayuntamientos de que también ellos deben cumplir la ley y por tanto también podrían verse implicados en querellas por ceder locales. La respuesta de Carles Puigdemont a Rajoy fue muy contundente. El jefe del Ejecutivo catalán enseñó los dientes y afirmó: «Les molestamos, les damos miedo y más miedo les daremos». Un serio aviso, con el que advirtió a los poderes del Estado de que va en serio, llegará hasta el final y está preparado para el choque de trenes. Según Puigdemont, el Gobierno central ha pasado en los últimos meses de «hacer mofa» de su compromiso con la consulta sobre la independencia a la «amenaza», lo que a su juicio es una demostración de que no lo tiene todo controlado. Ausencias notables El líder nacionalista dará este martes un paso más en el desafío, al presentar las garantías con las que pretende avalar el 1-O, así como la ley que le dará cobertura. El momento de la verdad del proceso se acerca y el secesionismo buscó con los alcaldes una exhibición de fuerza, como hace un mes en el mitin de la ANC en el que intervino Pep Guardiola. Sin embargo, sigue arrastrando el mismo problema que desde la noche electoral del 27-S, cuando obtuvo el 47% de los votos. Más de la mitad de los municipios de Cataluña estuvieron ayer presentes en el acto organizado por la Asociación de Municipios por la Independencia y la Asociación Catalana de Municipios (también soberanista), pero no estaba ninguno de los grandes consistorios de Cataluña donde se concentra la mayoría de la población.

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