España y Marruecos se alían contra el terrorismo
Uno de los detenidos en zona alauí proporcionó las bombonas de Alcanar.
Agencias | Madrid
La muerte de Younes Abouyaagoub, autor material de la matanza en Las Ramblas, la semana pasada a manos de los Mossos confirmó que la célula yihadista de Ripoll estaba desarticulada. Pero las investigaciones policiales posteriores revelaron que los terroristas disponían de una red de contactos más amplia de lo que se pensaba en un primer momento, y que se extendía más allá de Cataluña. Marruecos, junto con Francia y Bélgica, es uno de los países en los que se ha puesto el foco no en vano once de los doce terroristas eran de allí. Desde que se conocieran sus identidades, la inteligencia marroquí buscan las posibles conexiones en suelo alauí con los atentados. «La estrecha colaboración entre ambos países en materia antiterrorista está ofreciendo buenos resultados», reconoció ayer el titular del Interior, Juan Ignacio Zoido.
El ministro viajó a Rabat para reunirse con su homólogo marroquí, Abdeluafi Laftit, y compartir información relevante de la investigación de los ataques en Barcelona y Cambrils. La semana pasada se produjeron dos detenciones en este país relacionados con los yihadistas y fuentes de la investigación señalan a uno de ellos como el suministrador de las bombonas encontradas en Alcanar. Se trata de Hicham Ennadih, que fue butanero en Ripoll y vecino de Abouyaaqoub. La célula había hecho acopio de 120 bombonas de butano en el chalé de Tarragona, base logística del grupo, donde se planeó realizar los atentados a gran escala con explosivos. El otro arrestado es familiar de uno de los componentes de la célula catalana, que también habría viajado a la localidad gerundense. «Ambos han sido puestos en libertad después de tomarles declaración», confirmó Zoido. Marruecos insiste en que no había elementos incriminatorios contra ellos. El titular de Interior explicó que las fuerzas de seguridad alauís están tomando declaración a familiares de los yihadistas catalanes, para intentar obtener alguna información o determinar si tienen alguna conexión con los atentados.
Diálogo fluido
El viaje de Zoido a Marruecos se produce después de que el pasado miércoles el ministro se trasladara a París para abordar con su homólogo galo, Gérard Collomb, los motivos y objetivos del viaje que hicieron a París los terroristas una semana antes de los atentados. «En nuestro entorno existen pocos países con los que tengamos un diálogo tan fluido y continuo» como Marruecos, insistió el ministro español.
Tras la reunión, Zoido resaltó que el terrorismo está «en constante evolución» y, por tanto, la obligación de las fuerzas de seguridad es «intentar ir por delante». De ahí el compromiso ratificado por ambos ministros de Interior para refozar el intercambio de información «sobre aquellas personas susceptibles de incitar a la radicalización».
El titular de Interior marroquí puso el acento en que se preste «una atención especial» a las mezquitas e imanes que ejercen en territorio español y que tienen una influencia directa en los hijos de emigrantes de segunda y tercera generación. Laftit inistió en que «hay que evitar que caigan en las garras del terrorismo», en alusión al imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, considerado el cerebro de la célula catalana y fallecido en la casa de Alcanar. El dirigente marroquí entró así en el debate abierto en España sobre el control de los imanes y de los contenidos en las mezquitas, y puso sobre la mesa una antigua oferta de su país de encargarse de formar a imanes, algo a lo que el Gobierno español, hasta la fecha, se ha mostrado reticente.
Aunque la amenaza terrorista ocupó lo principal de la agenda, también la lucha contra la emigración clandestina figuró entre las discusiones y, una vez más, Zoido recordó que «la colaboración de Marruecos ha sido fundamental para evitar varios asaltos masivos» a las vallas de Ceuta y Melilla.
El ministro español reconoció que «debemos estar prevenidos para actual contra la reactivación o el uso de nuevas rutas o modus operandi», en referencia al incremento exponencial de las llegadas con pateras a las costas españolas en este verano, con cifras de llegadas que triplican las de 2016 y «picos» de hasta 600 personas en un solo día.
Zoido se abstuvo de la menor crítica a Marruecos, un país que —dijo— «también padece el flujo migratorio», por lo que dijo haber transmitido a su colega Laftit «todo nuestro apoyo y comprensión», antes de subrayar que también en este ámbito existe «la necesidad de intensificar el trabajo conjunto para mantener el control de los flujos».