El independentismo carga contra la «cobardía» de sus medios afines

Corren malos tiempos para la discrepancia en Cataluña, donde el que duda o intenta matizar es tachado de traidor o incluso de cobarde. Es lo que pasó con los cuatro consejeros del Gobierno de Carles Puigdemont que fueron apartados en julio por sus recelos respecto al referéndum, y lo que le ha pasado al diario Ara , una de las publicaciones impresas más importante afines al secesionismo. El rotativo barcelonés fue ayer blanco de las airadas críticas de los más acérrimos independentistas, después de que anunciara que no publicará la campaña institucional de la Generalitat que llama a la participación.

En la querella que la Fiscalía presentó el viernes pasado contra el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el resto de miembros de su gabinete por posibles delitos de desobediencia, prevaricación y malversación por firmar la convocatoria del referéndum, el Ministerio Público apercibió a todos los medios de comunicación públicos y privados para que no inserten publicidad o propaganda sobre el 1-O. Ante las advertencias legales, el consejo de administración de la sociedad editora del diario barcelonés emitió ayer un comunicado en el que aseguró que «mantendrá la línea editorial y la libertad informativa ejercida hasta ahora», pero que «no hará nada que ponga en peligro la continuidad del proyecto».

«No lo pondremos fácil a aquellos que nos querrían ver cerrados en estos días tan decisivos», según una nota dirigida a los lectores. «Proteger el diario, es decir, la información y la opinión pasa por delante de la publicidad», añadía. Llamadas al boicot La reacción en las redes sociales y en la propia web del rotativo fue muy contundente y crítica con el diario. Los sectores más radicales del soberanismo iniciaron una campaña de boicot y de bajas de suscripciones masivas. «La cobardía es intolerable», aseguró en Twitter el director de la Escuela de Administración Pública de Cataluña, Agustí Colomines, alto cargo de la Generalitat.