El Gobierno pide a PSOE y C’s seguir unidos tras el 1-O
El Ejecutivo teme que se opte por una declaración unilateral de independencia.
nuria vega | madrid
Si PSOE y Ciudadanos han mantenido hasta ahora su respaldo a la respuesta del Estado frente al desafío independentista, el Gobierno no quiere arriesgarse a perder compañeros de viaje a partir del 1 octubre. En La Moncloa se preparan para el día después, cuando una posible declaración unilateral de independencia podría forzar al Ejecutivo a activar los resortes reservados para casos extremos. Y ya sea ese escenario el del artículo 155 de la Constitución o cualquier otro orientado a restituir la legalidad, Soraya Sáenz de Santamaría confía en conservar la unidad política de las últimas semanas.
«Creo que debemos seguir unidos en adelante, unidos ante declaraciones unilaterales, porque la única unilateralidad que cabe en España es la de 47 millones de españoles», alentó ayer en el Congreso. La incomodidad del PSOE por algunos de los movimientos para frustrar el referéndum no ha pasado desapercibida en el Ejecutivo. Pero si bien la vicepresidenta admitió «diferencias», las redujo a «matices» y evitó en todo caso cualquier referencia expresa a los socialistas, que, por su parte, rehusaron centrar la sesión de control al Gobierno en la gestión del reto secesionista.
El PSOE ha optado por la discreción y por las llamadas indirectas a la mesura, y lleva semanas desviando sus preguntas en la Cámara baja hacia asuntos sociales y económicos. No así Ciudadanos, que este miércoles volvió a exhibir su apoyo «sin fisuras» al poder ejecutivo y al judicial para impedir la culminación de los planes independentistas. «Aquí el 23-F algunos intentaron cargarse la democracia y no lo lograron, y la semana que viene nadie va a dar un golpe a la democracia», reiteró Albert Rivera, que en todo caso apunta que «habrá que reconstruir el proyecto en el futuro, juntos y sin complejos».
Pese a todo, no hay certezas sobre lo que las fuerzas secesionistas pretenden hacer tras el 1 de octubre. Hace tiempo que se secaron los cauces de comunicación y diálogo discreto con la Generalitat. No es que no existan contactos «personales» con miembros del Pdecat que mantienen su relación con dirigentes del PP o del Ejecutivo, pero fuentes gubernamentales reconocen que es posible que no haya más interlocutor fiable que Carles Puigdemont. Y siendo así, el Gobierno no descarta que los partidos independentistas opten por proclamar la ruptura por su cuenta y riesgo.