Diario de León

Una célula detenida en 2015 en Cataluña quiso atentar con explosivos

Los arrestados serán juzgados en la Audiencia Nacional y la Fiscalía pide entre 7 y 19 años de cárcel .

Estado en el que quedó la casa de Alcanar en la que los terroristas preparaban los explosivos. J. SELLART

Estado en el que quedó la casa de Alcanar en la que los terroristas preparaban los explosivos. J. SELLART

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efe | madrid

Una célula yihadista desarticulada en 2015 y que deseaba atentar en lugares emblemáticos de Barcelona como el Parlament se planteó cometer un secuestro para comprar explosivos o bien fabricarlos de forma casera «con productos químicos de adquisición legal», tal y como intentaron los terrorista del 17-A.

Los diez presuntos integrantes de esta célula, desarticulada en marzo de 2015 por los Mossos d’Esquadra en la llamada operación Caronte, serán juzgados a partir de enero en la Audiencia Nacional y se enfrentarán a una petición de la Fiscalía de entre 7 y 19 años de cárcel por delitos de integración y colaboración con el Dáesh.

Las similitudes de esta célula con la que en agosto perpetró los atentados en Las Ramblas (Barcelona) y Cambrils (Tarragona) son muy numerosas, entre ellas sus planes de fabricar explosivos con productos químicos de venta legal, como los que adquirió la célula que atentó en Las Ramblas, que acumuló en Alcanar centenares de litros de acetona y agua oxigenada destinados a la composición del explosivo conocido como ‘la madre de Satán’.

También, la juventud y la entrega a la causa yihadista de sus integrantes, y su sumisión a un líder maduro, según explicó la fiscal Dolores Delgado, coordinadora de asuntos de terrorismo en la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

Según el escrito de acusación, el líder de la célula era Antonio Sáez Martínez, un español convertido al islam conocido como Alí el peluquero y que fue quien propuso «perpetrar un atentado en territorio español señalando que tendría un contacto que podría conseguirle explosivos». En esa reunión, celebrada en la peluquería en la que Alí trabajaba en Barberá del Vallés (Barcelona), también «propuso el secuestro de una directora de una sucursal bancaria como forma de financiar la compra de explosivos y armas o si no fabricar explosivos caseros con productos químicos de adquisición legal».

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