El Ejecutivo no espera una rebelión de los funcionarios catalanes
El Gobierno espera que el Senado deje vía libre al acuerdo aprobado el pasado sábado en el Consejo de Ministros para tomar los mandos de la Generalitat. Sin embargo, de nada podría servir a priori una decisión de tal calado si los cerca de 200.000 funcionarios catalanes no colaboran y se oponen a llevar a cabo en tiempo y forma las tareas encomendadas por los nuevos gestores. Una rebelión que, pese a estar alentada por los soberanistas, el Ejecutivo no teme que se produzca.
En Moncloa hay plena confianza en los empleados públicos catalanes. La gran mayoría ha realizado su trabajo con normalidad hasta ahora, prestando los servicios fundamentales que tiene transferida la autonomía y sin incumplir ninguna ley en su labor ordinaria. «Han jurado cumplir la Constitución. Estoy completamente seguro de que así va a seguir siendo con independencia de quien esté al frente », aseguró ayer el titular de Justicia, Rafael Catalá.
Fuentes del Gobierno recuerdan el caso del personal de Hacienda que ha estado enviando al Ministerio los papeles requeridos o de los letrados del Parlament que han advertido en todo momento de la ilegalidad de contravenir las disposiciones del Tribunal Constitucional en el camino hacia la independencia. Aunque no descartan que entre los altos cargos de la Administración catalana puede haber díscolos, ven difícil que en las capas inferiores muestren una actitud de desobediencia, más allá de las protestas iniciales que se puedan producir en la calle a partir de la aplicación del artículo 155. Para aquellos funcionarios indisciplinados el Gobierno ya advirtió el sábado de los posibles ceses, inhabilitaciones y sustituciones temporales.
El presidente del PPC, Xavier García Albiol, advirtió ayer de que si hubiese funcionarios de la Generalitat que «entrasen en rebeldía» ante la aplicación del artículo 155 de la Constitución «podrían llegar a perder su trabajo».
En declaraciones a TV3, García Albiol se mostró confiado en que «la inmensa mayoría» de trabajadores públicos de la Generalitat seguirán «haciendo su trabajo» sin oponer resistencia al 155 en caso de que el Senado apruebe este viernes las medidas previstas por el Gobierno del Estado. Pero ha recordado que, si hay alguno «en situación de rebeldía» contra este control de la función pública por parte del Estado, existe un «sistema de sanciones» y «podría llegar a perder su trabajo, claro que sí»,