ACOSO SEXISTA
Procesado el empresario que simuló besar a la dirigente de Podemos Teresa Rodríguez
La juez rechaza que fuese una "broma de mal gusto" porque ambos no se conocían. Sostiene que los hechos podrían ser un delito de orden público o contra la integridad moral de la diputada
La juez de instrucción de Sevilla no se cree que el empresario Manuel Muñoz solo estuviera haciendo “una broma de mal gusto”, como justificó, cuando se abalanzó sobre la coordinadora general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, y tras atraparla contra la pared simulara darle un beso en la boca. Por eso, ha dictado un auto de procesamiento contra él y pide a las partes que en el plazo de 10 días formulen sus acusaciones o pidan el sobreseimiento de la causa.
La magistrada ha decidido seguir adelante con la causa y procesar al empresario maderero, que cuando ocurrieron los hechos era vocal de la Cámara de Comercio de Sevilla, al hallar “indicios de criminalidad” tanto en la declaración de los testigos como en las grabaciones de las cámaras de seguridad del recinto donde ocurrió. Todas las versiones, indica en un auto fechado el pasado 30 de octubre, relatan lo sucedido “de forma similar a la realizada por la víctima” sobre la agresión machista sufrida.
En este sentido, el auto apunta además que los hechos podrían ser constitutivos de dos infracciones penales diferentes. Así, habla de un posible delito contra el orden público “dada la condición de autoridad pública de la víctima”, que acudía al acto donde se produjo la agresión machista debido a su cargo como diputada regional y líder de una formación política, y “la acción de acometimiento sufrido por ésta”. También entiende que podría haberse cometido un delito contra la integridad moral de Rodríguez, “teniendo en cuenta la condición pública y género de la víctima, la ausencia de relación entre víctima e investigado y la conducta vejatoria desplegada” por el empresario sobre la víctima, “y que incide sobre la dignidad de aquella”.
De nada sirvieron las excusas proferidas en su comparecencia judicial el pasado mes de septiembre, cuando Muñoz pidió disculpas por su acción y la justificó asegurando que era una broma que hizo porque la diputada de la formación morada "es de Cádiz" y consideró que por tanto tendría más sentido del humor. “Si hubiera sido de Checoslovaquia, no se la gasto”, llegó a decir, haciendo hincapié en que en los carnavales se hacen comentarios jocosos hasta de la monarquía y nadie se enfada porque se entiende como una broma.
Sin embargo, la juez rechaza esta interpretación por cuanto “ni víctima ni investigado se conocían con anterioridad”. Tampoco consta, señala el auto, que ambos “hubieran mantenido una conversación dilatada y en tono de familiaridad previo aquél día, que justificara la acción realizada, lo que impide considerar la misma como una broma de mal gusto”. Es más, niega que la “victima exagere o falte a la verdad”, como apuntó el empresario, porque no solo los testigos “refieren lo contrario”, sino que además recuerda que nada más producirse el propio presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Herrero, llegó a remitir una carta a Rodríguez disculpándose por el comportamiento del empresario.
Humillada y ultrajada
El incidente se produjo el 26 de diciembre de 2016 cuando, al finalizar la inauguración de una exposición fotográfica en la Cámara de Comercio de Sevilla, el responsable de éste órgano insistió a Rodríguez mediante una azafata para que subiera a conocer la planta noble del edificio. Al acceder a esta parte, el empresario Manuel Muñoz salió de una de las estancias colindantes para presentarse y, en presencia de varias personas más que no reprendieron la actitud de su compañero, se abalanzó sobre la diputada, acorralándola contra la pared y poniéndole la mano sobre la boca para simular besarla.
"El señor que me había amordazado, empujado, y dado un 'beso fingido' en la boca, lejos de disculparse, comentó: 'Claro que la conozco, estoy harto de verla en la tele'. En ese momento me siento paralizada, humillada, ultrajada y siento deseos de marcharme lo antes posible de allí y lo único que me sale es preguntar: '¿Y usted quién es?'", explicó entonces Rodríguez en sus redes sociales. Y reprochó que los otros empresarios presentes en la escena, lejos de intervenir, rieron la gracia y bromearon acerca de las dotes comerciales de Muñoz Medina. "Desde que soy cargo público nunca me había pasado algo así", aseguró.
Tras hacerse pública la denuncia de la dirigente morada, Muñoz Medina pidió disculpas por la “broma” y la achacó a que llevaba encima “copas de más” porque habían estado ese mediodía celebrando una comida de Navidad. Sin embargo, la Fiscalía asumió la denuncia de la víctima al entender que “el propósito principal que anima al autor es el de pisotear la dignidad de la persona ofendida con un acto de contenido claramente sexista, que pretende demostrar y alardear de una repudiable e indefendible idea que preconiza la primacía del hombre sobre la mujer, obligando a ésta, para su propia humillación y vituperio, a sentirse sometida sin remedio a ese poder y a ese imperio”.
Al día siguiente, Rodríguez presentó una queja formal ante la Cámara de Comercio de Sevilla por lo sucedido. Según asegura, el responsable de la institución le reconoció los hechos y pidió disculpas por "no haber reaccionado de otra manera.