Diario de León

Pulso a los partidos

Los efectos colaterales del ‘procés’

La cuestión catalana ha redibujado las relaciones internas y externas de las fuerzas políticas y ha transformado a algunas de ellas, que han sufrido fracturas internas a causa de la hoja de ruta secesionista

Bandera catalana (senyera) en el Paseo de Gracia de Barcelona. TONI ALBIR

Bandera catalana (senyera) en el Paseo de Gracia de Barcelona. TONI ALBIR

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Vega / Azpiroz | Madrid

El proceso independentista en Cataluña ha sido también un tsunami en la política española que ha redibujado las relaciones entre partidos pero también ha producido movimientos tectónicos dentro de ellos. Las formaciones han llegado a sufrir fracturas internas a causa de la hoja de ruta secesionista y la respuesta del Gobierno. Estos son algunos efectos colaterales que ha traído la crisis catalana fuera de Cataluña.

El PNV se aleja

Antes del verano Mariano Rajoy había encontrado en el PNV un aliado coyuntural para dotar de estabilidad a la legislatura. La exigua mayoría del PP y el pragmatismo de los nacionalistas hicieron posible el entendimiento para aprobar los Presupuestos de 2017. El Gobierno confiaba en reeditar el pacto y salvar las cuentas del próximo año. Las actuaciones para frenar el referéndum del 1 de octubre y la aplicación del artículo 155 de la Constitución han abierto, sin embargo, una brecha entre el Ejecutivo y la formación nacionalista vasca.

Fuentes del PNV advirtieron esta semana de que «no se dan las condiciones» para sentarse a dialogar y de que «el panorama de negociación presupuestaria ha empeorado muchísimo». La crisis catalana ha despertado las pulsiones soberanistas del partido hibernadas tras el fracaso del plan Ibarretxe y el pragmatismo de Urkullu. El Gobierno entiende que los nacionalistas vascos necesitan ahora «tiempo» para descomprimirse, pero no cree para nada descartable que el acuerdo sea posible tras las elecciones del 21 de diciembre en Cataluña. Especialmente después de que Rajoy haya fijado como objetivo sacar adelante los Presupuestos. El PNV, sin embargo, recela y no descarta que los comicios catalanes tengan una secuela electora.

La legislatura se estanca

El segundo mandato de Rajoy avanzaba tímido y con una limitada actividad legislativa. Hasta el pasado el proyecto de ley más potente que había enviado el Gobierno al Congreso eran los Presupuestos de 2017. La fragmentación política y la crisis del PSOE ralentizaron el día a día del Parlamento. Y el desafío secesionista ha terminado de frenarlo. Desde septiembre, la prioridad ha sido gestionar la amenaza de ruptura, y la crisis de Estado ha convertido en irrelevante todo lo demás, incluidas las cuentas del próximo año.

La convocatoria de elecciones para el 21 de diciembre en Cataluña prolongará el bloqueo, con los partidos centrados en sus propios electorales y con la necesidad de no realizar concesiones al adversario. Fuentes gubernamentales advierten, aun así, de que no renuncian a la legislatura. Mientras se multiplican los análisis sobre si Rajoy estará obligado a convocar elecciones generales en 2018, el presidente mantiene su intención de seguir adelante.

Enfriamiento PSOE-Podemos

Con el regreso de Pedro Sánchez a la Secretaría General, PSOE y Podemos hicieron como que hacían borrón y cuenta nueva. Pero se quedó buenas palabras. Se pactaron reuniones periódicas entre los dos líderes y equipos de trabajo conjunto. Todo con el fin de poner las bases de una alternativa de izquierda. Pero con Cataluña se ha ido todo al traste. Los socialistas no comulgan con el derecho a decidir y se han alineado con el Gobierno en defensa de la Constitución, mientras que Podemos ha nadado entre dos aguas y ha clamado contra el 155.

Fractura en Podemos

La formación de Pablo Iglesias ha optado por la vía intermedia. Sí al derecho a decidir, no a la secesión, al menos si no es con un referéndum pactado. Esto ha llevado a Podemos a deslegitimar tanto la declaración unilateral de independencia como a condenar la aplicación del artículo 155. La equidistancia. Pero en Podemos conviven muchas almas. La dirección catalana de Podem ha desafiado al secretario general al ir por libre y en contra de sus directrices.

Soledad territorial

La gran apuesta de los socialistas para abordar la crisis territorial es una comisión en el Congreso para encarar una reforma de la Constitución. Pero se han quedado prácticamente solos con el PP, y este a regañadientes.

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