FORMACIÓN MORADA
Podemos forzó la salida de su auditor al rechazar más garantías en sus consultas
Openkratio abandonó la fiscalización cuando Echenique desestimó sus exigencias para hacer procesos más democráticos. La dirección alega que las votaciones son igual de "transparentes" aunque ahora las validen empleados del partido
Podemos perdió a la autoridad independiente que fiscalizaba sus consultas internas porque rechazó la exigencia de Openkratio, que instaba al partido a mejorar el sistema de votación para dotarlo de mayores garantías democráticas. EL PERIÓDICO ha podido constatar que, tras detactar "fallos" a lo largo del cónclave Vistalegre 2, en febrero, la asociación verificadora condicionó su continuidad a que la dirección morada introdujese “mejoras”. Podemos rechazó la propuesta. La empresa Agora Voting, que desechó propuestas como introducir ‘listas plancha' para favorecer la candidatura pablista, tampoco participa desde entonces como autoridad en las consultas. Sin embargo, el partido le sigue encargando gestionar las primarias, que son procesos de votación más complejos.
Openkratio ha confirmado a este diario que, tras una disparidad de opiniones por el proceso electoral de Vistalegre 2, manifestaron a Podemos que no se sentían “cómodos” con el sistema y presentaron a la secretaría de Organización un documento para hacer las votaciones “más democráticas”. El responsable de la autoridad, Juan Romero, explica que su preocupación no era tanto por el recuento de votos, como por el proceso electoral, puesto que querían evitar que el modelo implementado produjese sesgo en la decisión de los inscritos.
Modelo pactado y censo estable
Pedían que el modelo de elección no fuese decidido unilateralmente por una corriente del partido, sino pactado entre todas las familias que concurren. Reclamaron un “protocolo de receptores” para que el resultado se proporcionase a todos los actores que participan en la consulta al mismo tiempo. Exigieron mejorar la formulación de la pregunta, mayores tiempos para preparar el operativo de votación virtual y proporcionar a los simpatizantes toda la información. También, una metodología para que el censo “no fuese volátil”. No les parecía procedente que el aparato estatal diese a conocer datos de participación durante una consulta que le favorecía para estimular el voto y, en cambio, silenciase esas cifras en otros procesos. “La información del proceso o es de todos o no debe ser de nadie”, defiende Romero.
Openkratio señala que la respuesta fue negativa y se produjo “la ruptura”. “Quizá a futuro”, les respondió, alegan, la secretaría de Organización que dirige Pablo Echenique y, explican, el partido no volvió a pedirles que fuesen autoridad en ninguna consulta más. Ellos tampoco se sentían especialmente predispuestos a poner su sello de imparcialidad a procesos que no incluían los requisitos que habían exigido. La colaboración que existía desde el nacimiento del partido quedó “disuelta”.
Igual de fiable
Tras que EL PERIÓDICO desvelase este lunes que Podemos carece ahora de autoridad independiente que verifique sus consultas, el partido confirmó la información en un comunicado. La dirección no detalla los motivos que fraguaron la salida de Openkratio y alega que “cualquiera” puede auditar la votaciones como la que finalizó este martes, en la que las bases de Podem aprobaron por un 74% concurrir en coalición con los 'comuns' al 21-D. Sostiene la cúpula que las consultas son tan “transparentes” ahora como cuando las fiscalizaban autoridades independientes. “Antes lo hacía una entidad ajena, ahora lo hacen nuestros técnicos”, resumió la portavoz parlamentaria Irene Montero. En efecto.
Después de Vistalegre 2, Podemos instaló la herramienta electoral (software libre) de la empresa Agora Voting en sus sistemas y le pidió que formase a trabajadores contratados por el partido. Se trata de personal de informática y de la secretaría de Organización.
También es cierto que Openkratio no cuestionó la solidez de un sistema antifraude en el voto que considera “robusto”, sino que focalizaba sus peticiones en mejorar el modelo de votación en su integridad, desde que se convoca la consulta. No se trataría, por lo tanto, de recontar los ‘clicks’ al final, sino de dotar de mayores garantías democráticas a todo el proceso.