La vía unilateral hacia la independencia enreda a ERC
Esquerra Republicana no consigue hacer un discurso claro y compartido sobre sus planes para el proceso independentista después del 21 de diciembre. Uno de sus candidatos, Antoni Castellà, defendió el domingo la vía unilateral para la secesión, palabras avaladas por la secretaria general del partido, pero ayer Oriol Junqueras y también Marta Rovira defendieron la senda del diálogo con el Gobierno central para hacer avanzar el proceso. Una confusión que se explica por el crecimiento exponencial de la candidatura que encabeza Carles Puigdemont y el retroceso al mismo ritmo de la suya.
El programa de Esquerra, como el de Junts per Catalunya, huye de las precisiones sobre el proceso soberanista, escarmentados con la prolijidad de detalles de la hoja de ruta de la pasada legislatura. Pero el republicano apunta que el proceso independentista tendrá que avanzar mediante «el diálogo bilateral» con el Estado. Nada de plazos ni desafíos unilaterales después de la lección del fiasco de la declaración de independencia del 27 de octubre y la consiguiente aplicación del artículo 155.
«Resolución bilateral»
El recurso que presentó ayer Junqueras ante el Supremo para salir de prisión tampoco admite dudas sobre el camino que deberá seguir el secesionismo tras el 21-D. El líder de ERC señala en el escrito presentado por su abogado que «el escenario político actual» aboca a «escenarios de diálogo y la resolución bilateral de los conflictos políticos», y no hacerlo es «desconocer la situación política» e ignorar «la efectividad» de las herramientas legales que tiene el Estado.
La propia Rovira, que el domingo coqueteó con la idea de «no pedir permiso para construir la república», abogó ayer en una entrevista con Financial Times por abrir «un diálogo» con el Ejecutivo central después del 21 de diciembre, y si no hay acuerdo el proyecto independentista se centrará en «los avances sociales», no en las medidas unilaterales. Esos avances, dijo la número dos de Esquerra al diario británico, buscarán «mejorar la vida» de los catalanes con un cambio del horario laboral para que esté más de acuerdo con Europa.
Pero al margen de esta píldora social, Esquerra parece que anda perdida en su laberinto electoral.