Una campaña tensa, pero con ausencia de momentos crispados
En todas las campañas existe una especie de campeonato paralelo para ver quién la dice más gorda. En la medida en que en estos comicios hay mucho votante que duda entre una u otra opción (C’s o PSC, PSC o Comunes, ERC o CUP, Junts per Catalunya o ERC.), las perlas han saltado casi a diario. Algunas con sentido del humor, pero otras han sido auténticos dardos envenenados que han acabado incluso en la Fiscalía, como ocurrió con el que lanzó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, cuando presumió de que el presidente Mariano Rajoy ha conseguido «descabezar» al independentismo. «¿Quién ha hecho que hoy por hoy ERC, Junts per Catalunya y el resto de independentistas no tengan líderes porque están descabezados? Mariano Rajoy y el PP», afirmó.
Los independentistas montaron en cólera y aprovechando que la campaña pasaba entre el Ter y el Llobregat, Junts per Catalunya presentó una querella. «Soraya y la separación de poderes, el musical», hubo quien escribió en Twitter. La vicepresidenta del Gobierno se ha mostrado especialmente incisiva, sobre todo cuando vio que el ascenso de C’s puede dejar al PP como última fuerza, y en una comparecencia en el Senado se despachó a gusto contra el secesionismo.
En el lado independentista, quien más ha incendiado los micrófonos ha sido el candidato de ERC, Antoni Castellá. Fuentes de Esquerra reconocen que ha ido un poco por libre (procede de Unió), pero su incontinencia verbal ha causado más de un disgusto, interno y externo.
Josep Borrell, que ha jugado el papel de ‘poli malo’ en la candidatura del PSC, con la idea de evitar la fuga de votos a C’s, soltó una de las frases más discutidas de la campaña. «La han hecho muy gorda», dijo de los secesionistas.
Por suerte no todo ha sido un museo de los horrores de los reproches. El humor también se ha colado en la campaña, lo que ha servido para destensar algo la situación, que falta hacía.