Diario de León

Rajoy y Puigdemont reinician el mismo proceso después del 155 y de unas elecciones

El presidente ofrece diálogo dentro de la ley y el exgobernante catalán reclama lo mismo pero sin condiciones.

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ramón gorriarán | barcelona

Como si nada hubiera pasado en estos dos meses, Mariano Rajoy y Carles Puigdemont retomaron, al menos en los primeros tanteos, las posturas de los días previos a la declaración de independencia y a la aplicación del artículo 155 de la Constitución a la Generalitat de Cataluña. El jefe del Ejecutivo ofreció «diálogo dentro de la ley» y el expresidente fugado en Bruselas reclamó «diálogo sin condiciones previas». El mismo lenguaje que empleaban antes del trepidante 27 de octubre.

El presidente del Gobierno compareció en La Moncloa tras las reuniones de la dirección del PP y del Consejo de Ministros, en las que el rotundo revés recibido por los populares fue de obligado análisis. Rajoy, semblante serio y aspecto preocupado, ofreció al próximo presidente de la Generalitat «colaboración siempre en el marco de la ley» y, aunque el próximo Ejecutivo catalán será independentista, confió en que se abra «una etapa basada en el diálogo y no en el enfrentamiento, en la cooperación y no en la imposición, en la pluralidad y no en la unilateralidad».

El ambiente taciturno en Madrid tuvo su contrapunto en la sede del Pdecat en Barcelona y en el cuartel general belga, donde todo era jolgorio y buena prueba de ello es que Puigdemont en una videoconferencia interna con los candidatos de su lista bromeó sobre el «pollo de cojones que hay en España» con los resultados electorales de Cataluña. En su intervención en abierto, el expresident se mostró más serio y reclamó que se aplique «la receta de la política» basada en un diálogo sin líneas rojas.

Con la invitación llegó la primera negativa de Rajoy: «Con quien tendría que sentarme es con quien ha ganado las elecciones, que es la señora (Inés) Arrimadas». El presidente del Gobierno no tiene intención de ver a Puigdemont hasta que no resuelva su situación judicial, y ese asunto compete a los jueces, «en absoluto» al Ejecutivo.

Los planes del expresidente de la Generalitat, en cambio, pasan, según fuentes del Pdecat cercanas al candidato, por incluir en la negociación con el Gobierno de Rajoy la situación procesal de los cuatro encarcelados, Oriol Junqueras, el exconsejero Joaquim Forn y los exlíderes de la ANC y Omnium, así como la revisión de la orden de captura contra él mismo y los cuatro exconsejeros que le acompañan en Bruselas. Un planteamiento imposible de aceptar y que demuestra «ignorancia o mala fe» sobre cómo funciona un Estado de Derecho, replicaron en La Moncloa.

La segunda parte del plan del expresident es, siempre que haya «unas garantías» pactadas con el Gobierno central, asistir al debate de investidura en enero próximo dado que la ley de Presidencia de la Generalitat exige que el aspirante defienda en persona su programa ante la Cámara. No lo podrá hacer porque «en cuanto sea detectada su presencia en España será detenido», aseguran desde el Ministerio del Interior.

Elsa Artadi, la jefa de campaña de Junts per Catalunya, explicó que «Puigdemont regresará a Cataluña cuando pueda ser investido presidente». El interesado dejó la puerta abierta a los rumores y las especulaciones, y no aclaró si piensa retornar aunque durante la campaña dijo estar dispuesto a «correr el riesgo» de ser detenido para ser investido presidente de la Generalitat. Ayer no dijo nada en ese sentido.

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