Puigdemont insiste en que la investidura es suya aunque esté huido en Bruselas
El expresident de la Generalitat pronunciará hoy su mensaje «institucional» de fin de año .
r. gorriarán | madrid
De nada han servido las críticas de aliados y adversarios, Carles Puigdemont exige ser investido pese a tener su lugar de residencia en Bruselas. Un enroque que hace pensar que su promesa de campaña electoral de que iba a asumir «el riesgo» de ser detenido al regresar a España para ser ungido presidente de la Generalitat se la ha llevado el viento. Primero fue su otrora socio, Esquerra, el que le avisó de que la investidura exigía su retorno, pero ayer se sumaron al coro de las advertencias el presidente del Gobierno y los líderes del PSOE y Ciudadanos. Dio igual, Junts per Catalunya sentenció en un comunicado: «Puigdemont será investido presidente. El Estado no lo puede impedir».
El expresident reclamará hoy su «derecho» a la investidura durante el «tradicional mensaje institucional» de fin de año que dirigirá a los catalanes. Un discurso que en esta ocasión no podrá ser grabado en el Palau de la Generalitat ni será emitido por la cadena pública catalana, TV3. Será producido en Bruselas y se distribuirá por las redes sociales, según informó en su cuenta de Twitter el Gobierno de la Generalitat destituido por Rajoy el pasado 27 de octubre. Puigdemont podría aprovechar esa intervención para hacer nuevos anuncios y despejar, de una vez por todas, la incógnita de su regreso a España.
Pero hasta que llegue ese momento, la candidatura de Junts per Catalunya defiende que «solo hay un tipo de gente que no quiere que Puigdemont sea investido, los que no creen en la democracia». La llamada ‘lista del president’ insiste en que «el que ha sido elegido democráticamente tiene que ser investido», porque para Junts per Catalunya el ganador de las elecciones no fue C’s con Inés Arrimadas aunque fuera primera fuerza en votos y escaños, sino que Puigdemont fue «el gran vencedor», pese a sumar dos diputados menos y quedar a 150.000 papeletas.
Pero los dardos no solo van dirigidos al Gobierno de Rajoy y a las fuerzas constitucionalistas, también hay para los antaño socios republicanos. Uno de los puntos del comunicado establece que «lo que ha votado la gente no lo puede cambiar el Parlament», es decir que Esquerra y Oriol Junqueras, tercera fuerza política, no pueden hacer prevalecer sus planteamientos ni sus candidatos por encima de los de Puigdemont y su lista porque obtuvieron 13.000 votos más. Esquerra defiende que si el expresident no vuelve a España para ser investido el candidato debe ser, siempre que salga de la cárcel, Junqueras porque era el vicepresidente.