Las bases de ERC pedirán este sábado que se forme ya un Govern estable

Las celebraciones navideñas, iniciadas casi en el instante posterior a depositar el voto el pasado 21-D, han retrasado el típico consejo nacional de ERC de análisis de los resultados. Eso provoca que cambie el guion del cónclave. De haberse celebrado poco después de las elecciones seguramente se hubiera abordado la doble derrota sufrida a manos de Cs y de JxCat y, al tiempo, se hubiera sacado lustro a alguno de los migrados logros alcanzados, como el crecimiento del voto  en el área metropolitana. Celebrándose este sábado, el foco se sitúa sobre otro punto.

Digerida entre turrones la derrota, los republicanos se han acogido a aquello de la ‘derrota dulce’ gracias a la mayoría absoluta independentista. Y en un momento en que se debate la viabilidad o no de que Carles Puigdemont sea reinvestido ‘president’, la militancia de ERC pone su acento, y ello quedará en evidencia en el propio consejo nacional, en la necesidad de preservar esa mayoría mediante la investidura de un ‘president’ y la formación de un Govern estable.

"Es lo que se respira", apunta un buen conocedor del pulso de la militancia y de los órganos territoriales de ERC. ¿Significa eso que los republicanos de base no desean que Puigdemont sea reinvestido? No. Pero los visos que van tomando los estudios que están realizando los letrados del Parlament (contrarios a que se presente un candidato situado a 1.500 kilómetros), a la espera de que la nueva Mesa que saldrá del pleno de constitución de la Cámara solicite un dictamen,  y la posibilidad de que el líder de Junts per Catalunya redoble su presión para ser candidato inquietan a una militancia que desea la formación inmediata de un Ejecutivo que dé paso a la derogación del 155.

Reunión de Bruselas

De hecho, el único acuerdo del encuentro Puigdemont-Marta Rovira de esta semana, es decir, el único punto que ambas partes confirmaron haberse puesto de acuerdo, era el que servía para descartar que se bloquee la formación del Parlament, lo que, prolongado en el tiempo, hubiera dado como resultado una nueva convocatoria electoral.

El peligro, con todo, sigue ahí. Si Junts per Catalunya, es decir, Carles Puigdemont, porque el PDECat (en privado) se alinea más con la tesis de ERC, mantiene que el único candidato debe de ser Carles Puigdemont, el independentismo debería someterse de nuevo al veredicto de las urnas. Con el riesgo de perder la mayoría absoluta y con el 155 sin derogar.

De todo se deriva que los consejeros nacionales, en las intervenciones de este sábado, tratarán de presionar a la cúpula del partido para que agilicen, lo que en sus manos esté, la formación de ese Govern estable.

Aunque la solución de este culebrón daría paso, inmediatamente a otro, que sería quién debe ser el candidato, habida cuenta de que ni Puigdemont ni Junqueras están en la sesión de investidura. Y la pregunta es si esa misma militancia republicana daría apoyo a un presidenciable que no hubiera estado en el Govern defendestrado por el 155 o no.