POSIBLE SORPASSO
Rivera azuza a Ciudadanos para pasar por delante del PP
El partido ve margen para crecer en Madrid, Aragón, Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León
Este jueves por la noche, los de Ciudadanos celebraron en Madrid la cena de Navidad. No la quisieron hacer cuando tocaba porque la mitad del equipo estaba en Cataluña por las elecciones y la dejaron para esta semana. Los dirigentes brindaron por los resultados de Inés Arrimadas y también porque sabían que en los próximos días saldrían encuestas que les dan como ganadores, por delante de todos, también del PP, en caso de celebrarse generales.
Pese al trasnocho, Albert Rivera convocó una reunión ayer por la mañana en el Congreso para definir la estrategia de las próximas semanas y uno de esos sondeos les pilló en torno a la mesa. El País publicó al mediodía una encuesta que otorga a Ciudadanos el 27,1% de los sufragios. Es el doble de lo que consiguió en las urnas en junio del 2016 (13%), motivo por el cual la dirección del partido recibe con escepticismo el estudio, aunque saca pecho del trabajo hecho. «Parecía que el bipartidismo iba a caer directamente, pero diría más bien que hemos venido a sustituir poco a poco al PP», dice José Manuel Villegas, número dos de Rivera.
Encuestas internas
Ciudadanos, admiten ahora varios dirigentes, manejaba encuestas que ya señalaban el sorpasso al PP desde mediados de septiembre, justo después de modificar su posición inicial y pasar a reclamar a Mariano Rajoy que aplicara el 155 en Cataluña para frenar a los independentistas.
Según Villegas, la estrategia seguida en esa comunidad ha permitido dar a conocer en el resto de España que Ciudadanos tiene «un proyecto nacional encima de la mesa». «Mientras tanto, además, los españoles pueden ver el trabajo que estamos haciendo y comprueban que somos gente seria», añade utilizando una expresión que repite cuando señala la necesidad que tienen de ganar votos entre la gente mayor y en las zonas rurales. «La papeleta de los mayores de 65 años es la que más cuesta quitar a otro partido. Es un proceso lento, por eso era difícil hacerlo en el 2015, cuando parecía que el bipartidismo estaba muerto», apunta. No ha muerto, pero está agonizando, en su opinión, y Rivera quiere seguir debilitándolo con las mismas armas que tantos réditos le han dado. La de la apuesta por la regeneración y la lucha contra la corrupción, usadas de manera intermitente y a su conveniencia.
Amenaza a los Presupuestos del 2018
En este momento, Ciudadanos mantiene la amenaza de no apoyar los Presupuestos del 2018 si Rajoy no aparta de su escaño a la senadora Pilar Barreiro, investigada por la trama Púnica. Una presión ahora mismo que no es determinante ya que el PNV, el otro socio clave, tampoco se quiere sentar hasta que se aclare la situación en Cataluña.
Villegas asegura que, según los datos que manejan, los nuevos votantes les llegan del PP («dos tercios») y el PSOE («un tercio»). En el partido tienen estudios que señalan que también se están beneficiando de la caída de Podemos, tras la ambigüedad en Cataluña, la mejoría económica y el hecho de que «haya dejado de ser transversal, al haberse colocado a la izquierda del PSOE».
La expansión del partido en toda España, hecha con urgencia en 2015 cara a las municipales y autonómicas de aquel año, continúa. El secretario de Organización, Fran Hervías, trabaja con un informe encargado a una empresa externa sobre las posibilidades que tiene en cada provincia. Hay zonas en las que no vale la pena volcarse, comenta, como las ciudades medias y las zonas rurales de Euskadi, Galicia y Asturias, y otras en las que «el crecimiento puede ser muy rápido». Y cita Madrid, Aragón, Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
La reunión del lunes en Génova
En el PP, la encuesta de El País desanimó un poco más a algunos dirigentes, ya tocados por el 21-D. Algún miembro de la dirección ninguneó el sondeo («Ahora no tiene sentido hacer encuestas») mientras están a la espera del discurso de Rajoy del lunes, cuando ha convocado a los principales dirigentes del partido para calmar los ánimos y decirles que Rivera ya se desinfló en el pasado y que los resultados de Cataluña no son «extrapolables».