Sánchez se da un año para construir la alternativa al Gobierno del PP
El líder de la oposición no forzará un adelanto electoral pese a la debilidad de Rajoy.
p. de las heras | madrid
Pedro Sánchez necesita tiempo. El PSOE logró mejorar sus expectativas electorales con las peleadísimas primarias en las que se embarcó en el primer semestre de 2017, pero la ebullición de aquel momento duró lo que duró y no le ha servido para asegurarse un crecimiento sostenido. Es al menos lo que indican las encuestas y también lo que refleja el resultado de los comicios catalanes. La dirección socialista se niega a admitir en público que el éxito de Ciudadanos el 21 de diciembre pueda suponerle un problema, pero es consciente de que si hoy hubiera elecciones generales tendría muy difícil gobernar.
Los últimos sondeos publicados -bien es cierto que en ausencia de tensión electoral- indican una caída acusada de Podemos y un serio desgaste del Partido Popular del que los socialistas apenas se benefician. Eso explica que Sánchez haya abandonado el discurso con el que se presentó a la reelección como secretario general del PSOE frente a Susana Díaz. Tras recriminar a la gestora de Javier Fernández la abstención que permitió la investidura de Mariano Rajoy, aseguró que exigiría la dimisión del presidente del Gobierno y dijo que hablaría con el resto de fuerzas parlamentarias para ver qué se podía hacer, sin descartar una moción de censura. Ahora no está en esas.
Si no consigue sacar sus propuestas adelante, el PSOE las incorporará a su programa electoral. Su cálculo es, pues, que dispondrá de doce meses para prepararse de cara a unos eventuales comicios generales.
En el partido algunos temen que la dirección esté minusvalorando la fuerza de Ciudadanos. Creen que no es cierto que Albert Rivera avance sólo a costa del PP.