Arrimadas adivina en el sucesor de Forcadell la misma línea rupturista
La líder naranja avisa al bando soberanista de que «no se saldrán con la suya» .
agencias | madrid / barcelona
El camino de Roger Torrent como presidente del Parlamento de Cataluña arrancó ayer con duras críticas de Ciudadanos, que pese a ganar las elecciones en diciembre no dispone de apoyos suficientes para formar gobierno y se ha visto relegado a la oposición. «Empezamos esta legislatura como vimos acabar la anterior. La Mesa y el nuevo presidente de la Cámara que trabajan por y para la independencia», lamentó su líder, Inés Arrimadas.
El tono conciliador del diputado de Esquerra Republicana no convenció en la bancada naranja. Sus llamadas al diálogo y al consenso no calaron entre los liberales, que siguen viendo al independentismo en la misma línea rupturista que desembocó el pasado 27 de octubre en la Declaración Unilateral de Independencia y en la intervención de la autonomía. «No tenemos ninguna esperanza en encontrar en el señor Torrent una persona del todo imparcial», sostuvo Arrimadas.
En las filas naranjas tienen claro que el dirigente republicano no va a marcar distancia con su predecesora en el cargo, Carme Forcadell, y «trabajará» e «interpretará» el reglamento a favor de la mayoría secesionista. Pero advierten de que si los independentistas no se salieron con la suya en la anterior legislatura, «menos aún lo van a hacer cuando tienen menos apoyos, menos escaños y ningún apoyo internacional». El único respaldo que han tenido hasta ahora viene desde el partido que lidera Xavier Domènech, que ayer votó en blanco facilitando el guión soberanista y a quien Arrimadas acusó ayer de convertirse en el mejor «chollo» para el secesionismo. «Les permiten que el Parlament sea su cortijo», se quejó, tras calificarlos como «alargadores del ‘procés’».
En Ciudadanos aún escuece el portazo dado por Catalunya En Comú-Podem a un posible gobierno naranja. Aunque son partidos antagónicos, los liberales no dudaron en agarrarse a su único salvavidas al que cortejaron durante semanas para poder hacerse, al menos, con la Presidencia de la Cámara catalana. Pese a que la cerrazón de los comunes frustró sus planes, Arrimadas defendió que seguirán luchando e incidió en que «ni con la ayuda de Podemos los independentistas se van a salir con la suya».
La jefa de filas de Ciudadanos criticó también el marcado tono político de la sesión constitutiva del Parlament. «Hemos asistido a un mitin de Esquerra Republicana», denunció en relación al discurso de Ernest Marargall, que este miércoles aprovechó su condición de presidente provisional para cargar contra el Estado, las instituciones y la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Arrimadas reprochó al diputado republicano un alegato partidista y una interpretación del reglamento «retorcida». La formación liberal ha registrado por escrito una reclamación por la delegación de voto de los tres diputados electos de Esquerra y de Junts per Catalunya en prisión, Oriol Junqueras, Jordi Sánchez y Joaquim Forn, aceptada por Maragall y la Mesa de Edad. La diputada de Ciudadanos recordó que el informe de los letrados de la Cámara se mostró contrario a la delegación del voto de los ocho exmiembros del Govern. También que el reglamento fija claramente cuáles son las causas para delegar el voto, recordando que se trata de maternidad o paternidad, enfermedad grave o una incapacidad prolongada.
Desafío y burla
Societat Civil Catalana acusó ayer a Junts per Catalunya y ERC de «continuar desafiando al Estado de Derecho, burlarse de la democracia y profundizar en la crisis en Cataluña», en alusión al pacto entre ambas fuerzas para dar apoyo a la propuesta de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat.
La entidad contraria a la independencia consideró que dicho acuerdo «es una muestra clara de que pretenden seguir actuando al margen de la ley» y advirtió de que, «si es necesario», convocará nuevas movilizaciones.