Diario de León

Los Franco venden el Pazo de Meirás por ocho millones de euros

El anuncio reabre el debate sobre la titularidad de un inmueble declarado BIC.

Imagen del anuncio que aparece en la web Mikeli. CABALAR

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a. azpiroz | madrid

El Pazo de Meirás, la mansión coruñesa en la que Francisco Franco y su familia pasaban buena parte de los meses de verano, está a la venta. Apenas dos meses después de la muerte de la hija del dictador, Carmen Franco Polo, sus herederos han decidido desprenderse de este emblemático inmueble por un precio de 8 millones de euros, tal y como figura en la página web de la inmobiliaria cántabra Mikeli. Según informó El Diario Montañés , los dueños de esta empresa especializada en la venta de residencias de lujo mantienen una estrecha relación con Carmen Martínez-Bordiú, nieta mayor del dictador. La descripción que se hace del Pazo en el anuncio es de lo más gráfica. «La casa-palacio abarca una extensión de 1002 metros cuadrados y la forman dos cuerpos: las torres (entre dos se alza la capilla, que incluye un retablo barroco dedicado a San Francisco) y un pabellón de dos plantas». La superficie total del pazo es de 66.792 metros cuadrados, que en su conjunto conforman «un recinto sin par, lleno de historia y detalles especiales», se añade. Parece un lugar perfecto para quien esté en posición de gastarse esos ocho millones de euros, el problema es que la residencia veraniega del dictador arrastra tras de sí un profunda polémica desde su muerte en 1975.

El Pazo de Meirás se construyó sobre los restos de una antigua fortificación del siglo XVI por iniciativa de la escritora gallega Emilia Pardo Bazán. En 1938, las autoridades coruñesas se lo compraron a su heredera con dinero de donaciones populares -más o menos forzosas- y se lo regalaron al por entonces líder del bando nacional para que le sirviera de residencia de verano una vez concluida la guerra. Y así fue durante cuatro décadas.

Derecho de tanteo

Con el retorno de la democracia surgieron las voces exigiendo que el pazo pasase a titularidad pública. En 2008, fue declarado Bien de Interés Cultural para desagrado de la familia Franco, ya que este nuevo estatus obliga a abrir las puertas del palacio al público cuatro días al mes. No obstante, el incumplimiento del régimen de visitas, gestionado por la Fundación Francisco Franco, ha sido una constante. El pasado mes de septiembre la Xunta llegó a multar a los Franco con 4.500 euros por este motivo. La presión sobre el Gobierno gallego para que expropie o compre el pazo ha ido en aumento en los últimos años, y ha cobrado aún más fuerza una vez se ha conocido su salida al mercado.

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