Brecha de género: asignatura creciente
La recuperación económica suspende en igualdad en la provincia: cuatro de cada cinco personas que consiguen salir del paro son hombres; y el desempleo afecta a 4.300 mujeres más que varones Dos tercios del total de. los contratos realizados en León a lo largo del último ejercicio fueron firmados por el colectivo laboral masculino.
maría j. muñiz | león
La reivindicación por la igualdad de género alza la voz con fuerza y respaldo renovados y aspiraciones más amplias. No son sólo los derechos frente a las realidades; la lógica contra el decepcionante día a día; la visibilización frente al mirar para otro lado. No sólo el rechazo a los micromachismos y las macrodiscriminaciones. Ni las crisis (económicas, sociológicas y políticas) ni las soluciones que se plantean, que según evidencian los datos reproducen lamentables esquemas y deficiencias del pasado. La lucha contra las múltiples discriminaciones ancladas aún con inexplicable fortaleza los ámbitos laborales, sociales, empresariales, políticos y de representación en general parece haber señalado en el 8 de marzo de 2018 un punto de inflexión. Una gran parte de las mujeres se muestra ahora concienciada como nunca de la necesidad de hacer valer todos aquellos derechos que la teoría les reconoce y la práctica les escatima o les hurta. La reivindicación por la igualdad marca un punto y aparte. Las razones (respaldadas por los datos estadísticos) aportan argumentos. La igualdad no evoluciona, sino que involuciona en aspectos irrenunciables como el empleo, el salario o las condiciones laborales. Como lo hace en la representación social o en la participación en las profesiones con más opciones de futuro. La brecha de género es una asignatura no pendiente, sino creciente, incluso dentro de la precaria recuperación económica.
Por primera vez el Día Internacional de la Mujer tiene como protagonista en España una huelga general y feminista, que tiene como objetivo denunciar todos los tipos de desigualdad y discriminación de género. Y paros, concentraciones y marchas a las que están llamados a participar tanto las mujeres como los hombres.
El panorama laboral muestra que las desigualdades de género, muy lejos de corregirse, están disparándose con fuerza en la titubeante remontada económica. Demasiados indicadores despiertan la alerta sobre el camino que está tomando la recuperación. En el caso de la provincia de León, sólo las cifras de la evolución del mercado laboral a lo largo del último año hacen saltar todas las alertas: pese a su debilidad, la recuperacion del empleo abre de nuevo con fuerza la brecha de género. No es una asignatura pendiente, es una debilidad creciente.
La Encuesta de Población Activa (EPA) muestra que el año pasado cerró en la provincia con 29.700 parados, de los que 12.700 son hombres y 17.000 mujeres. En los doce meses del año recién finalizado la cifra de parados se redujo entre los varones en 7.400, más del 83% de quienes salieron de la situación de desempleo; mientras que sólo se rebajó en 1.600 mujeres.
La brecha de género se abre también en el registro de parados en los servicios oficiales de empleo. Dos de cada tres personas que lograron un puesto de trabajo el año pasado en la provincia fueron hombres. La afiliación creció en 3.096 empleos en el último ejercicio, y la cifra de parados ‘oficiales’ se redujo en 3.170 personas. De ellas 2.075 fueron varones.
Los datos de contratación no reflejan mejor situación: la fuerte estacionalidad de la mayor parte de los empleos y que se trate sobre todo de trabajos en el sector servicios refleja la precariedad del mercado local, especialmente entre las féminas. En la provincia el porcentaje de contratos creció el año pasado por encima de la media, pero el número de puestos de trabajo creados fue proporcionalmente menor.