«No queremos en la calle a asesinos no reinsertables»
Apoyan en Huelva a los familiares de algunas de las víctimas más icónicas.
Los padres de asesinados en el acto de Huelva en defensa de la prisión permanente. JULIÁN PÉREZ
r. c. | huelva
La Plataforma de Víctimas por la Prisión Permanente Revisable echó el resto ayer en Huelva en el que, quizás, ha sido, hasta ahora, el acto más emotivo de este movimiento. Después de recabar más de tres millones de firmas para intentar frenar en el Congreso la anulación de esta herramienta jurídica y tras el varapalo que supuso la decisión el jueves de la cámara baja de seguir adelante con la reforma, los familiares de algunas de las víctimas de asesinatos más icónicas de los últimos años encabezaron la protesta, que reunió a cerca de 6.000 personas en la capital onubense.
Exactamente una semana después de que la Guardia Civil encontrara en el maletero del coche de Ana Julia Quezada el cuerpo del pequeño Gabriel, en la plaza de las Monjas de Huelva se dieron cita los rostros más emblemáticos de la ‘cruzada’ contra la reforma de la prisión permanente que abanderaron el PSOE, Podemos y los nacionalistas. Familiares (padres, abuelos y hermanos) de Diana Quer, de Mari Luz Cortés, de los niños Ruth y José, de Marta de Castillo y de otras víctimas de cruentos asesinatos clamaron en contra de la reforma.
El acto comenzó con un recuerdo al pequeño de Almería. Un minuto de silencio en su memoria y luego sonó la canción Girasoles de Rozalén, convertida ya en un himno de homenaje a Gabriel. Luego, los gritos de ‘¡No estáis solos!’ que la multitud dirigió a las familias dieron paso a las proclamas.
«No vamos a parar ni a callar hasta que la prisión permanente se quede para siempre», garantizó Juan José Cortés. «No queremos en la calle a asesinos que no se pueden reinsertar. No es un acto de venganza. Lo único que queremos es la seguridad y la protección de nuestros hijos», apostilló Cortés. Juan Carlos Quer -quien junto a Cortés y al padre de Marta de Castillo estuvo el jueves en el Congreso y que ha hecho de la prisión permanente su causa- fue el encargado de leer el manifiesto del acto. «Ocho de cada diez españoles piden que sí o sí se mantenga la prisión permanente revisable», una medida -dijo- que «nos protege de tanto violador y de tanto depredador» y que evitará poner «nuevos cadáveres encima de la mesa».
El padre de la joven asesinada por El Chicle, que dejó claro que su movimiento es «apolítico, insistió en que sabe que nada «nos va a devolver a nuestros hijos», pero apeló a que las muertes de sus seres más cercanos sirvan para «marcar un antes y un después» y que sus asesinatos «no queden en una página de sucesos» sino que sirvan para crear una «sociedad más justa».
Quer aprovechó para poner en valor el trabajo que, antes de él, han hecho durante diez años por esta causa Juan José Cortés y Antonio del Castillo. «No trabajan para ellos, sino que intentan proteger a nuestros hijos», dijo.
Mientras asonaban los gritos de «los niños son de todos», Del Castillo, el padre de Marta, fue el encargado de dejar patente el profundo malestar que esta plataforma tiene particularmente con el PSOE. Antonio del Castillo, que ya el jueves en su intervención desde el Congreso criticó sin ambages la postura de los socialistas, volvió con las embestidas contra el portavoz de Justicia del PSOE, el juez Juan Carlos Campo, que el jueves fue el responsable de su grupo en defender desde la tribuna el fin de la prisión permanente. «Más vale que se quede en la política, porque no queremos a un juez que anteponga a los malos a las familias y a las víctimas», llegó a afirmar el padre de Marta.
