Puigdemont huye ante la euroorden de detención
Carles Puigdemont es un especialista en jugar al gato y el ratón mientras dispara sus mofas y críticas contra de la Justicia española cuando tiene la ocasión. Pero que el expresidente procesado en rebeldía estuviera en Finlandia el día en que la Justicia española ha vuelto a seguir su pista quizá no entraba dentro de su estrategia. La razón es muy sencilla: el Código Penal del país castiga con diez años de prisión la voluntad violenta de una persona de separar una parte de Finlandia del resto del territorio. La misma pena para el delito de alta traición, a quien por medio de la violencia intente derogar la Constitución finlandesa o alterarla, o los fundamentos políticos del país. Es decir, en caso de que se hubiera tramitado allí la euroorden sí se cumpliría el condicionante de la doble tipificación del delito de rebelión, ya que está recogido en los códigos penales de ambos países. Una circunstancia que no ocurre en el Derecho belga y que podría influir en la vigencia del delito a la hora de tramitar la entrega de Puigdemont.
Por eso nada más tener conocimiento de la euroorden de detención puso pies en polvorosa de regreso a Bélgica. Su abogado confirmó que no está en Finlandia y se encuentra a disposición de la justicia belga. Y la Fiscalía de Bruselas ya ha recibido la euroorden.