LA CLAVE
Presupuestos con parches
En el caso de las pensiones, cuando escuchen que el Gobierno defiende que las más bajas subirán más que el IPC, no caigan en equívocos, no se han vuelto a indexar a la inflación
Los presupuestos del 2018 llegan con mucho retraso y sin garantía de concitar los apoyos necesarios para ser finalmente aprobados por el Congreso de los diputados. Las cuentas presentadas el martes, y que tienen que pasar ahora el arduo trámite parlamentario, están confeccionadas con un techo de gasto de 119.834 millones de euros, un 1,3% más que en el 2017. Se trata así del primer presupuesto con un incremento en el límite de gasto desde el 2013, aunque este techo es todavía inferior en un 34% (62.605 millones menos) al del año 2010, cuando empezaron los recortes por la crisis económica.
El Gobierno ha querido vender que el objetivo de las cuentas es que «la recuperación llegue a todos los españoles» y ha hecho énfasis en «el crecimiento integrador» que permite un ciclo económico expansivo con un objetivo de crecimiento del PIB del 2,7% durante este año y la creación de 475.000 empleos.
Pero no nos engañemos. Estas cuentas persiguen claramente dos objetivos primordiales, los dos políticos. El primero es lograr apaciguar a la calle que en los últimos meses ha sido tomada por los pensionistas (feudo electoral del PP), los funcionarios y otros colectivos indignados como los policías que exigen la equiparación salarial con otros cuerpos.
La segunda gran meta de Mariano Rajoy es lograr el apoyo político suficiente como para aprobar las cuentas y salvar así una legislatura en la que ha gobernado a golpe de decreto-ley y con el aliento de Ciudadanos en la nuca, sobre todo desde la confirmación del auge electoral de los naranjas en Catalunya. El balance legislativo es pobre. No solo no se han aprobado apenas leyes, si no que no se ha iniciado ninguna gran reforma.
De esta manera, la reforma de la financiación autonómica, el debate sobre la sostenibilidad de las pensiones o la revisión del modelo territorial siguen en zona muerta. Todos los grandes temas se encuentran empantanados por la falta de consensos, a excepción, eso sí, de la aprobación del artículo 155 de la Constitución, lo que precisamente frena al PNV de aprobar estas cuentas del 2018.
Los presupuestos que han presentado los ministros de Hacienda y Economía, Cristóbal Montoro y Román Escolano, incorporan un incremento del gasto que se destinará a subir las pensiones más bajas, elevar el sueldo de los trabajadores de la función pública y rebajar la carga impositiva de trabajadores, familias y discapacitados.
Pero no son reformas de calado, son parches para calmar el malestar. En el caso de las pensiones, cuando escuchen que el Gobierno defiende que las más bajas subirán más que el IPC, no caigan en equívocos, no se han vuelto a indexar a la inflación. Eso fue una reforma del PP que Rajoy no piensa revertir. Y el año que viene pueden volver a subir un 0,25%.
Por último, la sobrestimación de la recaudación ha sido una constante en la administración de Rajoy. Para este año, el Gobierno prevé un alza del 6% de los ingresos tributarios. Veremos si a final de año, como ha ocurrido en el pasado, hay que recurrir a los parches. Eso si al final se aprueban los presupuestos. Lo que está por verse.