Una ministra partidaria del fin del carbón lidera el proceso de transición energética

maría j. muñiz | león

La política energética y medioambiental del Gobierno de Pedro Sánchez no es un secreto para nadie, el propio presidente ya se ha manifestado reiteradamente en favor de la descarbonización de la economía. Los intereses de las empresas de la minería del carbón están muy lejos de las apuestas de futuro del nuevo ejecutivo. Teresa Ribera (Madrid, 1969) será la ministra de Energía, Agua, Medio Ambiente y Cambio Climático. Unir energía y medio ambiente es toda una declaración de intenciones sobre por dónde irá la transición energética que defenderá el nuevo ejecutivo.

Ribera ya ha manifestado varias veces que la generación eléctrica con carbón tiene que desaparecer cuanto antes, aunque también es verdad que ha defendido en la misma medida que el Estado es responsable de diseñar un proceso de transición ordenado para las cuencas mineras; de forma que las comarcas que dependen del monocultivo del carbón tengan alternativas y tiempo para adaptarse al nuevo marco.

De momento del último ministro de Energía, Álvaro Nadal, recibe en herencia en lo que al carbón se refiere el proyecto de ley que está en fase de tramitación en el Congreso con el que pretendía evitar que las multinacionales eléctricas decidieran unilateralmente el cierre de las térmicas (tras el anuncio de Iberdrola de cerrar las de Velilla y Lada). En lo que a la reestructuración minera se refiere, la herencia de los últimos años, ya desde el último Gobierno socialista, se concreta en el plan de cierre de la minería no rentable para finales de este año, y en un ya histórico incumplimiento de los compromisos económicos de los planes del carbón, a excepción del capítulo de prejubilaciones.

Su declaración de intenciones pasa por el cierre de la generación con carbón de manera inminente, y medidas para apoyar a las cuencas. Tendrá que desmontar también el discurso del ministro Nadal de que prescindir del carbón incrementará el precio del recibo eléctrico de los españoles en alrededor de un 25%.

Teresa Ribera tiene sobre la mesa el informe de expertos sobre el escenario energético y la urgencia de diseñar una Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Su trayectoria en estos dos aspectos es ampliamente reconocida a nivel internacional. Licenciada en Derecho y miembro del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, desde 1996 ocupó cargos en los ministerios de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente. Fue secretaria de Estado de Cambio Climático entre 2008 y 2011 con Rodríguez Zapatero, y antes había dirigido la oficina española de Cambio Climático, para trasladar el Protocolo de Kioto a la legislación nacional.

Su nombre sonó con fuerza como candidata a la Secretaría de Cambio Climático de la ONU, aunque finalmente dirigió el Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales, con sede en París y uno de los principales foros de debate internacional sobre la materia.

Es una de las doce representantes de la Comisión Mundial de Geopolítica de Transformación Energética y coordinadora del Consejo Asesor para la Transición Ecológica de la Economía del PSOE desde el año pasado.