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Trapero rechaza la oferta de Torra para dirigir de nuevo a los Mossos

El mayor de la policía catalana está acusado de sedición por el 1-O y los altercados de septiembre.

El que fuera mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, en una imagen de archivo. BALLESTEROS

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León

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cristian reino | barcelona

El objetivo del independentismo de restituir al anterior Ejecutivo se ha quedado en agua de borrajas en todas sus vertientes. Fracasó el intento de reelegir a Carles Puigdemont, el Gobierno central impidió el nombramiento de Rull, Turull, Puig y Comín como consejeros. Ahora no ha hecho falta su intervención porque el mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, se autodescartó ayer para dirigir a la Polícia catalana. Su vuelta a la dirección operativa de los Mossos hubiera tenido una alta carga simbólica para el independentismo.

Trapero fue destituido de su cargo a finales de octubre por el Ejecutivo central en virtud de la aplicación del artículo 155, aunque continúa trabajando en el despacho que se le asignó en la comisaría central de Barcelona. Hace poco menos de un mes, la jueza de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, le envió a juicio por los delitos de sedición y organización criminal. A pesar de ello, el presidente de la Generalitat y el consejero de Interior ofrecieron este viernes a Trapero la dirección de los Mossos, pero lo rechazó. «Agradeció el ofrecimiento, pero considera que asumir esta responsabilidad ante su situación procesal no sería conveniente para el buen funcionamiento de la organización policial ni tampoco para su persona», según fuentes del Gobierno catalán.

La jueza acusó de pasividad al cuerpo policial durante el referéndum prohibido del 1 de octubre y durante los altercados frenta a la Consejería de Economía del pasado 20 de septiembre. Trapero, según el auto de procesamiento, formaba parte de una organización cuyo «propósito era lograr la secesión de Cataluña y su proclamación como república independiente, al margen de las vías legales». Lamela cree que Trapero, siguiendo órdenes de los responsables políticos, fue responsable de que los días 20 de septiembre y 1 de octubre, los Mossos se mantuvieron al margen de las actuaciones de la Policía y la Guardia Civil, con una conducta dirigida «a obstruir cualquier actuación que bloquease el plan estratégico hacia la independencia».

«Mi admiración, respeto y apoyo», afirmó el viernes el presidente de la Generalitat hacia el mando policial. «Para nosotros hubiera sido un gran honor que lo hubiera aceptado, pero entendemos perfectamente su posición», dijo ayer Quim Torra.

El consejero de Interior, el dirigente del PDeCAT, Miquel Buch, expresidente de la Asociación Catalana de Municipios (ACM) y alcalde de Premià de Mar (Barcelona), ha nombrado a los responsables políticos de las distintas áreas del departamento, pero no ha configurado aún todo su organigrama. El jueves pasado, el Consejo Ejecutivo de la Generalitat nombró a Joan Andreu Martínez como nuevo director de los Mossos d’Esquadra, cargo que quedó vacante por la destitución de Pere Soler, también imputado por sedición por la Audiencia Nacional.

Tras el no de Trapero, Torra y Buch tienen que decidir si mantienen como jefe de la policía catalana al comisario Ferran López, nombrado por el Gobierno central tras la aplicación del artículo 155, en sustitución de Trapero.