Adiós al plan para hacer presidenta de Galicia a Ana Pastor
El devenir de los acontecimientos desbarata la opción porque el presidente gallego solo puede elegirse entre los diputados
Antes de que Pedro Sánchez y la sentencia de la Gürtel revolucionaran el escenario político español, la idea de Alberto Núñez Feijóo era esperar un año largo a que llegara su momento. Es decir, exprimir su legislatura al menos tanto como lo hiciese Mariano Rajoy, porque las elecciones generales y las autonómicas gallegas estaban previstas para el 2020, y no sería difícil hacerlas cuadrar en la misma fecha en un previsible entorno de bonanza económica. Si Rajoy decidía seguir, él lo haría en Galicia. Y si lo señalaba como delfín con un ministerio de renombre, tendría el tiempo necesario para ejecutar un plan que satisfacía a ambos.
Según fuentes populares, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, amiga personal de Rajoy y núcleo del llamado clan de Pontevedra, que agrupa al núcleo íntimo más afín al expresidente y su familia, se habría mostrado dispuesta a regresar a Galicia para encabezar la candidatura del partido en las próximas autonómicas. Una opción ahora desbaratada porque no es diputada autonómica. Al contrario de lo que sucede con el presidente español, el gallego solo puede elegirse entre los miembros de la Cámara legislativa.
Ese plan ya había dado al traste con otro proyecto con el que Feijóo quiso atraerse en su día al clan pontevedrés. Designar al marido de Pastor, José Benito Suárez Cuesta, candidato a la alcaldía de Vigo, la ciudad más grande de Galicia, en las municipales del 2019. Suárez Cuesta, con quien Rajoy comparte caminatas a paso rápido casi todas las semanas, habría declinado la propuesta ante las dudas de la presidenta del Congreso sobre la oportunidad de que ambos aparecieran en los carteles electorales.