ANÁLISIS
Un informe avisa de las lecciones pendientes de los atentados de Barcelona: descoordinación policial y perfil de los autores
El Instituto Elcano considera que el imán de Ripoll debería de haber recibido "especial atención por parte de las agencias de seguridad"
Un informe del Real Instituto Elcano analiza los atentados perpetrados en Barcelona y Cambrils hace un año y extrae algunas "lecciones pendientes" que cree que deben ser abordadas, como la "deficitaria" coordinación policial que precedió a los ataques o el perfil de los terroristas.
El estudio está firmado por los investigadores Fernando Reinares y Carola García-Calvo y recuerda que el riesgo de que España sufriera un atentado terrorista ya estaba latente antes de los de agosto del pasado año. Incluso, apuntan que un estudio de Elcano de julio del 2016 situaba a Catalunya como primer escenario de la movilización promovida en España por Estado Islámico.
Uno de los principales puntos que a su juicio deben ser analizados es el de la cooperación entre los diferentes cuerpos de seguridad, que creen que fue "deficitaria" antes de los atentados de Catalunya pero que "es posible a través del Centro de Inteligencia sobre Terrorismo y Crimen Organizado (CITCO).
El imán, ejemplo de la descoordinación
Como ejemplo de esta falta de coordinación ponen al imán Abdelbaki Es Satty, considerado uno de los cerebros de los atentados y que el informe de Elcano defiende que debería haber recibido "una especial atención por parte de las agencias de seguridad que en Catalunya cuentan con mandato antiterrorista". Según recuerdan, el imán contaba con una "pasada presencia en círculos yihadistas" y además había viajado a la ciudad belga de Vilvoorde, "una destacada bolsa de islamismo radical".
El informe de Elcano cree, además, que los atentados de Barcelona y Cambrils demuestran que para perpetrar atentados en Europa no es imprescindible la participación de algún retornado, sino que yihadistas radicalizados y reclutados en Europa Occidental pueden planificar y ejecutar ataques "tan complejos y violentos" como ellos.
Según argumenta, la célula de Ripoll pone de manifiesto la capacidad de yihadistas activos en Europa para actuar con explosivos, aunque dispongan de procedimientos "menos sofisticados" pero "igualmente efectivos para provocar atrocidades". "En cualquier caso, es relevante la habilidad de los terroristas para improvisar su 'modus operandi', en el caso de verse obligados a ello, de acuerdo con los medios a que hayan tenido acceso", subraya.
Las segundas generaciones
El estudio también hace hincapié en el origen de los terroristas, que son descendientes de inmigrantes procedentes de países islámicos en la mayoría de ataques perpetrados en Europa. Según alerta, estas segundas generaciones "han resultado más vulnerables a la propaganda emitida por Estado Islámico".
A su juicio, aunque estas segundas generaciones sean en España aún minoritarias en comparación con los países de su entorno, las entidades públicas y de la sociedad civil deben abordar las circunstancias que propiciaron su "desarraigo y los factores que explican su adhesión al salafismo yihadista". Esto con el objetivo de prevenir "con acierto y de un modo coordinado" la radicalización violenta.
Además analiza la reacción de la sociedad a los atentados, que pronto reflejó la "fractura" existente entre independentistas y quienes no lo son. A su juicio, el debate sobre el desafío terrorista fue sustituido por un "conflicto político". "Esto permite entender la brevedad del duelo colectivo por lo sucedido en Barcelona y Cambrils", argumenta.