La investigación de los máster, la ‘Pieza C’, incluye a seis imputados
m. e. alonso | madrid
Dos casos casi idénticos que siguen un camino judicial paralelo. La instructora que investiga el máster de Cristina Cifuentes, por el que está imputada la expresidenta madrileña, ha seguido los mismos pasos con el posgrado de Pablo Casado. Tras reunir indicios de que al nuevo presidente del PP le regalaron el título por su posición política, Carmen Rodríguez-Medel elevó el lunes la causa al Supremo, el único tribunal que puede citarle por su condición de aforado. La jueza, que aprecia supuestos delitos de prevaricación administrativa y cohecho impropio, tiene muchas dudas sobre los trabajos que Casado asegura que presentó para ser calificado. En la investigación de la denominada ‘Pieza C’, ya hay seis imputados.
Enrique Álvarez Conde es el principal imputado del caso del máster de Cristina Cifuentes, director ya depuesto del Instituto de Derecho Público (IDP) y responsable también del posgrado de Pablo Casado. La jueza le sitúa como «el urdidor» del entramado en el que «todos ganaban» y que culminó con el regalo del título a «un grupo escogido de alumnos», entre ellos, el actual líder del PP.
Alicia López de los Mozos es la secretaria del IDP y quien terminó por confesar que desde este centro se había fabricado una coartada para la expresidenta madrileña.
Pablo Chico fue el profesor del máster de Cifuentes que pidió que se cambiara la nota de una de sus asignaturas dos años después. María Mateo, una de las alumnas investigadas, le señala como el docente que le aprobó una de las asignaturas que cursó sin apenas acudir a la Universidad.
María Dolores Cancio fue becaria de investigación de Álvarez Conde, y hasta 2014 trabajó en el IDP, impartiendo clases o realizando labores administrativas. Fue despedida tras una baja maternal.
María Mateo Feito es hija de una exasesora de la expresidenta madrileña, la conexión con Cifuentes.
Alida Mas reconoció ante la magistrada que no fue a clase porque vivía en Valencia pero sí redactó los trabajos y los envió por fax o mensajero.
El antiguo rector de la URJC, Fernando Suárez, conocido por abandonar el cargo tras el escándalo de los plagios, fue quien firmó el acta de convalidaciones de Casado.