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El rey ignora los desplantes de Torra y los soberanistas

Felipe VI acudirá al primer aniversario de los atentados yihadistas del 17-A respaldado por el Gobierno y los partidos constitucionalistas .

Mossos d´Esquadra y policías de la guardia urbana, patrullando por Las Ramblas. MARTA PÉREZ

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León

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M.E. ALONSO | MADRID

Felipe VI acudirá este viernes a Barcelona para asistir a los actos conmemorativos del primer aniversario de los atentados yihadistas en la capital catalana y en Cambrils (Tarragona). El encargado de confirmar su presencia fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que buscó normalizar la asistencia del Rey sin que ésta quedase al azar de negociación alguna con la Generalitat. «Es el jefe del Estado, puede ir donde quiera», legitimó Sánchez. Los independentistas, con el presidente de la Generalitat a la cabeza, llevan meses haciendo saber al rey que en Cataluña, en lo que al independentismo se refiere, no es bien recibido. Pero el Gobierno y todos los partidos constitucionalistas, desde el PP hasta Podemos, han defendido la pertinencia del gesto del monarca. «Vamos a estar todos, desde el primero hasta el último. Contra el terrorismo no hay fisura posible», zanjó Sánchez.

El Gobierno y los líderes del PP, Pablo Casado, y de Ciudadanos Albert Rivera, entre otras personalidades, arroparán al jefe del Estado, que ocupará un discreto segundo plano durante el acto institucional por los ataques yihadistas. El ayuntamiento de Ada Colau ha organizado un homenaje a todas las víctimas que relega a las autoridades a un papel secundario para evitar cualquier veleidad política. El acto comenzará con una ofrenda floral sobre el mosaico de Joan Miró situado en Las Ramblas donde la ciudadanía depositó velas y flores tras los ataques. Después, las cinco escuelas municipales de música y el conservatorio ofrecerán un concierto y, posteriormente, harán lecturas de poemas en los siete idiomas de las víctimas mortales (catalán, castellano, inglés, francés, portugués, italiano y alemán). Como ocurrió hace un año, un amplio sector del independentismo quiere convertir este homenaje en un escenario para exhibir su fuerza y plantear sus reivindicaciones. Los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) y amplios sectores del PDeCAT están difundiendo la consigna, a través de sus redes internas, de que el 17-A debe convertirse en el día del rechazo a la Monarquía. Entre las iniciativas que se manejan figuran la de asistir al acto de plaza de Cataluña llevando esteladas, luciendo máscaras con los rostros del exconsejero de Interior, Joaquim Forn, o del exmayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, o dando la espalda al monarca durante todo el acto. Del boicot antimonárquico se han desmarcado ya la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Omnium Cultural, que no quieren tensionar más el acto ni restar protagonismo a las víctimas y a los cuerpos policiales. En el pasado, ambas entidades independentistas han participado activamente en caceroladas o pitadas en contra del Monarca. Ahora coinciden en intentar separar las dos reivindicaciones, si bien no desisten de sus críticas al Rey. Mientras los secesionistas se dividen en torno al 17-A, la principal asociación en defensa de la unidad de España, Sociedad Civil Catalana, ha convocado a todos los ciudadanos para que asistan a la manifestación de forma silenciosa y sin consignas ni banderas.

La hostilidad de Torra El Rey ya estuvo presente en la movilización del pasado 26 de agosto en Barcelona, nueve días después de los atentados, a la que El Rey no entra en las provocaciones independentistas ha ratificado su «compromiso con una Cataluña de todos y para todos».