Diario de León

UNA HISTORIA PARA ANALIZAR

El misterio de Conchi, la asesina del destornillador

Detrás del crimen de su cuarto marido se esconde un largo romance con su cuñado y un plan de estafa de 200.000 euros que el engañado y malogrado esposo pensaba cobrar tras un peculiar enlace.

Un cámara de televisión graba el lugar donde tuvo lugar el homicidio, el pasado día 20. M. LORENZO

Un cámara de televisión graba el lugar donde tuvo lugar el homicidio, el pasado día 20. M. LORENZO

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Doménico Chiappe | Madrid

En la foto de la boda aparecen dos, pero son tres. Conchi y José Luis posan el día de su boda civil, el 4 de agosto en el Juzgado de Paz de Sax (Alicante). Para ella es su cuarta boda. Viste con el cuello descubierto para lucir un gran collar y uno de sus brazos pasa por detrás de la espalda de él, que se agacha para acomodarse en la silla de ruedas de la mujer, ahora su esposa. En la otra mano sujeta un cigarrillo. Las pulseras cubren la mitad del antebrazo. Entre la mujer —sin oficio, rubia platino, 45 años— y el hombre —camionero jubilado, 69 años, gafas y calvicie—, falta un tercero. El gran amigo del novio y amante de la novia. Paco P. O. —fontanero, enclenque y ajado, con antecedentes por drogas y robo—, que había arreglado el matrimonio jugando con la avaricia de José Luis, que creía que ella cobraría una indemnización de 200.000 euros por las lesiones de un accidente de tráfico y que poseía fábricas e inmuebles. «Se supone que ella era millonaria», dice Héctor, padrino de aquella boda. Criminal de poca monta, Paco convenció a José Luis para que se casara con Conchi. Al amigo no le ocultó su relación con ella, aunque se hacía pasar por su cuidador ante los vecinos. A los demás, ella les decía que era su «padre». El día de la boda, Héctor los vio besarse. «Un beso en los morros». El matrimonio no se consumó. Ni pasaron juntos la primera noche ni convivieron a partir de entonces. Pero en menos de dos semanas, el supuesto pacto se torció. Ella le invitó a una «cena romántica», como se encargó de difundir el marido célibe entre sus amigos. La noche del crimen, Conchi le citó en un terroso aparcamiento de la calle Sol Naciente de Alicante el lunes 20. A las diez de la noche llegó José Luis y ella le sujetó mientras Paco le apuñaló con el destornillador. Un policía fuera de servicio que paseaba por la zona les vio e intervino. Cuando terminó de forcejear con Paco, detuvo a Conchi a pocos metros, todavía con los guantes puestos.

En el juzgado, la presunta asesina se negó a declarar, pero sí habló a sus dos compañeras de celda en su primera noche en la prisión de Fontcalent. Les dijo que había visto cómo le mataban y que acudió en su ayuda. En prisión sigue simulando plena invalidez y que Paco es su padre.

Paco estaba casado con una hermana de Conchi y gracias a ese vínculo familiar pudo sacarla de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy, donde estaba internada, una vez que murió la madre, hace dos años. De hecho, la razón que le dio a José Luis para que aceptara casarse con ella fue que él pronto moriría de una enfermedad terminal y no quería que Conchi volviera al psiquiátrico. Llamarla «viuda negra», como hacen en algunas cadenas de televisión, es inexacto. Sus dos primeros maridos viven. Uno en Alcoy y otro en Villena, del que se divorció en 2012. El tercero murió en 2016, degollado por su hermano en Ibi, que confesó. Aunque nada la relaciona con ese crimen, el segundo exesposo, Carlos, dice: «Temí por mi vida».

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