La factura de la luz, imparable, marca otro máximo anual
El precio de la luz va encaminado a registrar sus cotas más altas de los últimos nueve meses, porque, si nada lo remedia, la factura de septiembre cerrará con los precios más elevados de lo que va de año
Esta vez las previsiones no fallan. El precio de la luz va encaminado a registrar sus cotas más altas de los últimos nueve meses, porque, si nada lo remedia, la factura de septiembre cerrará con los precios más elevados de lo que va de año. El coste de encender el interruptor este miércoles será realmente caro: se pagarán, de media, 75,39 euros/Mwh, lo que constituye un nuevo récord para el recibo de la electricidad que se emita este mes. Será el precio más elevado para un día en 2018; la referencia más cara desde diciembre del año pasado; y una cota cada vez más cercana a los máximos históricos, que el mercado marcó a principios de 2017 en plena ola de frío.
El presupuesto familiar puede sufrir aún más si se realiza un uso intensivo de los electrodomésticos del hogar esta noche entre entre las 21.00 y las 22.00 horas. En ese tramo, el precio de la luz alcanza un máximo horario que no se veía desde principios de diciembre del año pasado. Serán más de 80 euros/Mwh, por lo que lo más aconsejable pasa por no consumir, en la medida de lo posible, mucha luz en ese tramo.
En realidad, y como viene ocurriendo en las últimas semanas, esta subida afecta al grupo de consumidores que se encuentran acogidos a la tarifa regulada (PVPC). Son un 42% de los titulares de contratos, frente al otro 58% que se rigen por tarifas planas. A pesar de estas subidas, lo que lleva pagado un consumidor de PVPC en 2018 con respecto a lo que abonó en ese mismo periodo del año pasado es un 1,5% superior. Para un recibo medio con potencia de 4,7Kw y un consumo anual de 3.000Kwh, el conjunto de recibos emitidos este año alcanzaría los 492,4 euros frente a los 485,5 euros del año pasado.
La explicación a esta realidad se encuentra en las mismas causas que han elevado el coste de la electricidad desde mediados de agosto. Por una parte, por la escasa producción de renovables. En el caso de la eólica, la estabilidad meteorológica -sin apenas viento- explica que solo un 13% de la energía sea aportada por estas centrales. Sin embargo, las hidroeléctricas apenas inyectan un 9% de la producción aun cuando las reservas hidráulicas se encuentran un 37% por encima de las de hace exactamente un año: 31.663 hectómetros cúbicos (hm3) frente a los poco más de 23.000hm3 de la misma semana de septiembre de 2017.
Algunos detalles
Por eso, son las nucleares las centrales que están aportando más de una cuarta parte de toda la producción, seguidas por las de carbón (con otro 20%) y las de ciclo combinado (11%). Las dos primeras son las centrales llamadas a desaparecer en la actual estrategia energética del Gobierno, mientras que la tercera es la que marca los precios máximos de todo el sistema por el alza del coste de las materias primas como el gas en el mercado internacional. Además, el precio de contaminar también está subiendo estas semanas: el coste de los derechos por emitir dióxido de carbono (CO2) se ha triplicado desde principios de año. Actuaciones ante los cierres La ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, recordó este martes que el proceso hacia un modelo energético más eficiente y 'verde' debe "garantizar precios de la energía asequibles", con "alternativas que respeten los costes pero también faciliten la solidaridad con los colectivos más vulnerables". El próximo día 19, Ribera comparecerá en el Congreso exponer las medidas a tomar.
Lo que la ministra anunció este martes en un foro de Enerclub fue la aprobación de un plan de acción urgente dedicado a las comarcas mineras y las de centrales nucleares en proceso de cierre. Se pondrán en marcha contratos negociados con los ayuntamientos y agentes económicos de las zonas afectadas, como los que existen Francia o Alemania.