El ministro Borrell justifica el envío de bombas a Arabia
El titular de Exteriores asegura que no causan daños colaterales.
Mateo Balín | Madrid
Ante el silencio del Ministerio de Defensa, el titular de Exteriores, Josep Borrell, fue el miembro del Gobierno que dio ayer la cara para explicar la decisión final de enviar a Arabia Saudí las 400 bombas de precisión láser vendidas por 9,2 millones de euros. Lo hizo después de que el departamento de Margarita Robles ordenara este miércoles el traslado del material después de paralizar hace dos semanas la ejecución del contrato ante las sospechas de que las bombas pudieran ser usadas contra la población en la guerra civil de Yemen.
Las presiones internas y externas llevaron a Defensa a rectificar su postura inicial ante el riesgo de que acabara afectando a la construcción por parte de Navantia de cinco corbetas con destino a Riad. Un megacontrato valorado en 1.813 millones y que generará 6.000 empleos directos e indirectos los próximos años en los astilleros de Cádiz y Ferrol. Borrell justificó ayer que las bombas, pertenecientes al Ejército español pero de fabricación estadounidense, se destinarán a Arabia Saudí porque «no ha encontrado ninguna razón» para incumplir el acuerdo.
Una decisión que se ha adoptado, dijo, tras una semana de «trabajo intenso» por parte de varios ministerios, entre ellos el suyo, sin que se hayan detectado irregularidades. La garantías exigidas a Riad para retomar el envío fueron justificadas por el ministro con estas palabras: «Se trata de armamento de precisión (destinado a objetivos militares) de alta resistencia. Con este tipo de armas no puede haber esos bombardeos producidos con armas menos sofisticadas, un poco lanzadas al azar, y que provocan esa clase de tragedias que todos condenamos», señaló en una entrevista a Onda Cero. «Este contrato está firmado hace tres años, ha pasado tres veces por la comisión interministerial que autoriza la venta de armas y no hemos encontrado ninguna razón para incumplirlo», reiteró.
Borrell relató la «lógica inquietud» ante algunos escenarios bélicos, no sólo en Yemen, el hecho de que Defensa haya revisado también todos los contratos pendientes de venta de armas. La noticia, como era de esperar, causó una «gran decepción» entre las ONG que forman parte de la campaña ‘Armas bajo control’. «La decisión hace que España sea potencialmente cómplice con los crímenes de guerra en Yemen. Sabíamos que iba a ser difícil pero es decepcionante que el Gobierno no haya sabido mantener la presión a diferencia de otros países como Canadá, que sí lo ha hecho pese a las represalias posteriores de Riad», aseguró Alberto Estévez, de Amnistía Internacional.