Sánchez sostiene a Delgado: «No nos marcará la agenda política un corrupto»
La ministra de Justicia se enroca en el cargo ante la presión creciente de PP y Ciudadanos pidiendo su dimisión.
eFE/NURIA VEGA | MADRID
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, respaldó ayer a su ministro de Justicia, Dolores Delgado, y aseguró que el Ejecutivo no aceptará «chantajes» ni «amenazas» y que seguirá gobernando porque no le «va a marcar la agenda política un corrupto». En una conferencia de prensa en la misión española ante la ONU, donde asiste a la apertura del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, Sánchez ha respondido así al ser preguntado si su ministra de Justicia va a dimitir por las informaciones sobre su relación con el excomisario José Manuel Villarejo.
«EEste es un Gobierno sin ninguna hipoteca y que tiene un mandato claro que está determinado a cumplir, el de limpiar y regenerar la vida política y luchar contra la corrupción venga de donde venga, esté instalada donde esté instalada, y, por tanto, el Gobierno no acepta chantajes de nadie», recalcó. «Hemos venido a limpiar, estamos limpiando y vamos a seguir limpiando», señaló.
Gobierno y PSOE tejieron ayer una red suficientemente tupida como para sostener a Dolores Delgado. No dejaron grieta por la que, al menos de momento, pueda caer la ministra de Justicia. En los pasillos del Congreso los miembros del Ejecutivo se afanaron por exhibir una confianza intacta en su compañera de Gabinete. La bancada socialista arropó en pie a quien en las últimas horas camina en la cuerda floja. Al final, casi en volandas, la propia afectada descartó que la posibilidad de dimitir figure en sus planes: «No voy a dimitir. Ni este Gobierno ni esta ministra van a aceptar el chantaje de nadie».
No dio muestras de estar dispuesta a amilanarse. Delgado subió a la tribuna de la Cámara baja para afrontar las exigencias de dimisión del PP sin ahondar en las distintas versiones que en los últimos días ha dado sobre su relación con el excomisario de Policía José Manuel Villarejo. «He sido fiscal durante 30 años y le aseguro que no me he achantado con traficantes, terroristas, corruptos y violadores de derechos humanos», se plantó ante el hemiciclo.
El aplauso de los diputados del PSOE intentó disipar los rumores sobre el mejorable estado de ánimo que atraviesan estos días los socialistas. Fuentes populares vieron, sin embargo, tras la ovación el gesto más explícito de que el Gobierno no puede permitirse una tercera dimisión cuando aún no han transcurrido ni siquiera cuatro meses desde su constitución. En el PP creen, de hecho, que el Ejecutivo «aguantará» a Delgado a toda costa para frenar su propio deterioro y ahuyentar la imagen de la descomposición interna. Siendo, en todo caso, a día de hoy, el talón de Aquiles de Pedro Sánchez, los populares anuncian ya que redoblarán su ofensiva. Han percibido «nerviosismo y mucho ruido» en las filas socialistas y al Gobierno lo ven «desnortado». Es por esto que no cejarán en su petición de renuncia o cese por las «mentiras reiteradas». El PP no descarta forzar a Delgado a acudir al Senado aunque cree que es pronto para anticipar planes.